Es la primera gran exposición de la temporada del Museo Guggenheim Bilbao, que pretende dar a descubrir a sus visitantes la multifacética obra de una artista desconocida hasta ahora en España donde es la primera vez que se le dedica una gran retrospectiva que comprende más de 200 obras y documentos de archivo, muchos de ellos inéditos.
La exposición, organizada de forma cronológica y temática, ocupa más de 2 mil metros cuadrados de la tercera planta del museo y está impulsada por la Reunión des Musées Nationaux-Grand Palais de París y comisariada por la francesa Camille Morineau y el español Álvaro Rodríguez Fominaya.
Morineau fue la comisaria de la reciente retrospectiva que el Grand Palais de París le dedicó a la artista, que fue visitada por 588 mil personas y que es la base de la exposición montada ahora en el Guggenheim.
La muestra sobre la artista ha sido presentada por el director del Museo Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, los comisarios y por Bloum Cárdenas.
Con una carrera que comienza en 1950 y se prolonga hasta principios de este siglo, Niki de Saint Phalle es internacionalmente conocida por su famosa serie de las Nanas, realizada en la década de los años 60 del siglo pasado, en las que, de con un estilo muy cercano al arte pop,plasma su personal visión del cuerpo de la mujer.
Canon femenino
La obra contiene también una fuerte crítica hacia los cánones estéticos y sociales del papel de la mujer predominante en esa época y ofrecía la visión desde su perspectiva de mujer del matrimonio, la maternidad, etc.
Su faceta de activista del feminismo se puede observar también en las series Novias, Alumbramientos, Diosas y Madres Devoradoras que, junto a las famosas Nanas conforman su universo feminista.
Otro de los ejes fundamentales de su obra es la serie de pinturas titulada “Disparos” con la que se sitúa como una de las fundadoras de los “happenings” -experiencia teatral que conjuga la improvisación y la provocación- y que resultó muy rompedora y escandalosa para su época por la violencia que, a juicio de los críticos de la época, destilaban estos cuadros.
Estas pinturas las realizó rellenando bolas de yeso con pintura y disparando sobre ellas con un rifle, provocando un estallido de color que quedaba plasmado en el blanco lienzo.
El Museo Guggenheim ha recreado en la sala que acoge estas obras, la atmósfera emocional que destila esta acción creadora.
Los “Disparos” se convierten en denuncia de situaciones sociales a su juicio injustas, como la sociedad patriarcal y la situación política de la década de los 60, en la que convivían la Guerra Fría en Europa y la de Argelia, en Francia, e iban dirigidos también contra la visión tradicional del arte y la religión.
Escultora democrática
El tercer eje fundamental de la obra de la artista francesa, que refleja en sus obras influencias del arquitecto catalán Gaudí, sobre todo le impactó su visita al Parque Guell, de Barcelona; delos norteamericanos Jackson Pollock, Jasper Johns y Robert Rauschengberg y del francés Jean Dubuffet, es la obra pública.
Niki de Saint Phalle creó a lo largo de toda su carrera artística esculturas monumentales, fuentes, parques infantiles y jardines públicos con el objetivo de acercar el arte a los niños y a aquellas personas que no podían acceder a los museos.
Además de las obras más emblemáticas de la carrera de la artista francesa, que vivió sus últimos años en California, donde también se dejó influir por el colorista arte mexicano -país que visitó en varias ocasiones-, la exposición de Bilbao acerca al espectador sus grabados, performances y trabajos de cine experimental en los que la propia autora comenta su trabajo.
Con información de EFE