El fracaso de las negociaciones entre republicanos y demócratas para recortar el abultado déficit de Estados Unidos se unió hoy a las ya casi rutinarias preocupaciones sobre la crisis de deuda de la zona euro para provocar una nueva jornada de pronunciadas pérdidas en Wall Street.
El Dow Jones de Industriales, principal referencia del parqué neoyorquino, terminó la jornada en las 11.547,31 unidades tras un descenso del 2,11 % ó 248,85 puntos, menor a los 300 enteros que llegó a ceder en la media sesión pero que fue suficiente para arrastrar a ese índice a las pérdidas anuales.
Similares fueron los retrocesos de los otros dos principales indicadores de Wall Street: el selectivo S&P 500 perdió el 1,86 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq, el 1,92 %.
Como era de prever, los inversores neoyorquinos reaccionaron muy negativamente a la falta de un acuerdo del comité parlamentario para reducir el déficit estadounidense en 1,2 billones de dólares en los próximos diez años, una tarea que se les había encargado en agosto pasado, cuando el país estuvo al borde de la suspensión de pagos.
Finalmente, tras el cierre de la sesión en Wall Street, los presidentes del llamado “supercomité”, la senadora demócrata Patty Murray y el representante republicano Jeb Hensarling, reconocieron la “incapacidad para alcanzar” un acuerdo sobre el tema antes de este miércoles, cuando se había fijado la fecha límite.
La subida de impuestos se ha mantenido como un obstáculo insalvable entre republicanos, que los consideraban improcedentes porque desincentivarían al empresariado, y los demócratas, que los situaban como fundamentales para un reequilibrio presupuestario basado en “sacrificios compartidos”.
El fracaso vuelve a evidenciar la falta de consenso entre los dos grandes partidos de Estados Unidos y supone que el debate pase ahora al pleno del Congreso, que deberá encontrar una salida consensuada que evite la entrada en vigor de los recortes automáticos en defensa y programas sociales por 1,2 billones de dólares a partir de 2013.
El déficit fiscal de EE.UU. se situó en septiembre (fin del año fiscal 2011), en 1,3 billones de dólares, es decir un 8,6 % del Producto Interior Bruto (PIB); mientras la deuda nacional se situó en octubre por encima de los 15 billones de dólares, según datos oficiales.
Así, Washington volvió a colocarse en el punto de mira de los inversores neoyorquinos, que durante los últimos meses parecían haberse dejado llevar únicamente por las preocupaciones, ya casi rutinarias, que trae la crisis de deuda de la zona euro.
En esta jornada los temores sobre el Viejo Continente se vieron reforzados por la advertencia lanzada por la agencia de medición de riesgo Moody’s sobre la perspectiva de la calificación de Francia, que podría verse reducida si persisten los altos costos de financiación de su deuda.
También continuó encareciéndose la deuda de España esta jornada, la primera después de las elecciones generales en las que ganó de forma contundente el conservador Partido Popular (PP), un resultado que no pareció influir sobre la prima de riesgo o la evolución de los mercados en ese país.
La rentabilidad del bono español a diez años se situó en el 6,55 %, ligeramente por encima del 6,38 % registrado el pasado viernes, al tiempo que el parqué madrileño se dejó el 3,48 %, en sintonía con las caídas de Milán (-4,74 %), París (-3,41 %), Fráncfort (-3,35 %) o Londres (-2,62 %).
Las preocupaciones sobre la deuda tanto en Europa como en Estados Unidos influyeron más sobre el rumbo de la jornada que la difusión de datos macroeconómicos mejores de lo previsto en este país, como el aumento del 1,4 % de la venta de casas usadas en octubre y el descenso del 2,2 % del inventario de casas a la venta.
Una jornada más el sector financiero fue el más golpeado por el ánimo comprador de los inversores al caer en su conjunto el 2,11 % arrastrado por descensos como los de Bank of America (-5,02 %), Citigroup (-4,87 %) o Morgan Stanley (-4,29 %).
El ánimo vendedor se contagió a los mercados de materias primas, de forma que el petróleo bajó el 0,76 % hasta 96,92 dólares por barril, al tiempo que el oro ni siquiera se pudo ver favorecido por su posición de valor refugio y cayó por debajo de la simbólica barrera de los 1.700 dólares la onza, hasta 1.678,6. (EFE)