Londres. Más de 300 personas murieron la víspera en Siria, en la jornada más sangrienta desde que comenzó la rebelión contra el régimen del presidente Bashar al-Assad hace poco más de 18 meses, reportó hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
De los más de 300 fallecidos, 211 eran civiles y el resto combatientes de la oposición y miembros de las fuerzas leales al régimen sirio, precisó el OSDH, con sede en Londres, que monitorea la violencia en Siria a través de una red de activistas.
Los Comités de Coordinación Local también denunciaron que 343 personas perecieron por la represión de las fuerzas sirias, mientras que la Comisión General de la Revolución Siria dio cuenta de 313 muertos.
Las organizaciones coincidieron en que el mayor número de víctimas mortales ocurrió en Damasco y sus alrededores, aunque también hubo muertos en otras provincias como Deir al Zur (este), Deraa (sur), Hama (centro), Alepo (norte), Homs (centro) e Idlib (norte).
En sólo la localidad de Barze, en las afueras de Damasco, al menos 16 personas de tres familias enteras fueron ejecutadas por los “shabiha” (milicianos pro-gubernamentales).
EL OSDH denunció que 55 personas murieron en las zonas rurales de los alrededores de Damasco, incluidas 40 que fueron asesinadas a sangre fría en la localidad de al-Dhiyabia, al sureste de la capital.
La jornada coincidió con un doble atentado suicida contra la sede del Estado Mayor del Ejército de Siria, que causó la muerte de cuatro guardias del edificio y que fue reivindicado por el rebelde Ejército Libre Sirio (ELS).
Este jueves, las fuerzas leales al régimen sirio bombardearon con artillería pesada varios bastiones rebeldes en diversos puntos del país, sobre todo en las provincias de Homs, Hama, Alepo, Idlib, Latakia y Deir Ezor.
Los líderes mundiales reunidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas han expresado su preocupación por la violencia en Siria, pero la respuesta al conflicto -que según el OSDH ha dejado más de 30 mil muertos desde marzo de 2011- sigue estancada.