La nueva línea aérea que operará el Gobierno de México a través del Ejército y que planea concentrar operaciones en el AIFA, tendrá que despegar con subsidios federales generando una competencia desleal para la industria, coincidieron expertos.
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Sin recursos económicos suficientes, la nueva empresa tendrá un inicio complicado, ya que se ve difícil que para este 2023 se le pudieran asignar montos económicos gubernamentales, señaló Fernando Gómez Suárez, analista económico en temas de aviación.
Detalló que por el momento no hay claridad de cómo van a hacerse de las aeronaves, “no es tan fácil salir a comprar un avión, no hay en inventario ni en stock, se tienen que mandar a fabricar y tardan hasta dos años en que sean entregados”.
Recordó que el Gobierno federal busca hacerse del nombre de la extinta Mexicana de Aviación, pero la compañía ya no existe, solo les quedó la marca, quizá un taller y dos oficinas, “pero no tienen aviones ni estructura”.
Acotó que no hay claridad en si se pagó o cuánto se pagaría por Mexicana, ya que necesitan liquidar primero a los empleados para poder echar a volar la nueva línea con ese nombre.
“Hasta donde se sabe todavía no se concreta esa operación, porque había oposición de cierto número de ex empleados… entonces esa operación no está todavía realizada”, dijo.
El experto en temas aéreos comentó que con la nueva empresa oficial, sí se podrían abaratar los vuelos si el modelo de negocio lo permite, “pero aún no sabemos cuál es el modelo de negocio, lo único que se sabe es que van a bajar las tarifas ¿pero a cambio de qué?”.
El experto aéreo criticó que es probable que la firma sea subsidiada, “va a tener que arrancar con recursos del Estado, lo que no sucede para ninguna línea en este momento, entonces claro podrás dar baratos los vuelos, pero eso afectará a otros proyectos sociales y a la industria”.
“Boletos muy baratos por subsidios impedirá que se logre concretar una empresa rentable, sustentable que se mantenga con recursos propios, lo que será claramente una competencia desleal para la industria”.
Goméz Suárez insistió que “la están echando a volar en condiciones de desventaja para las demás empresas, porque se supone que deberían de establecerse mejores condiciones para la industria, y no, lo están haciendo solamente para una aerolínea que operará el Estado”.
Explicó que para un buen despegue se requieren al menos dos años y esos dos años son de subsidios, “son muchísimos recursos los que tendrán que invertir para ver si crece la empresa”.
El jueves pasado se publicó el decreto en el Diario Oficial de la Federación donde se crea la nueva aerolínea estatal con un capital de un millón de pesos y que estará operada por el Ejército.
La nueva empresa del aire, según el decreto, podrá transportar pasajeros nacionales e internacionales, realizar vuelos de carga de mercancías y también correo postal.
Para el capitán José Alonso Torres, vocero de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), la nueva línea arranca con un sabor agridulce, por un lado se está impulsando la aviación, “que bueno que todo el mundo pueda volar y más en un país donde solo el 20% de su población ha viajado por aire, pero por otro lado se afectará la economía de las empresas existentes con una competencia desleal.
El piloto alertó que será necesario saber “¿qué rutas van a operar ?¿Si van a pagar combustible?¿Van a pagar impuestos, el TUA?, tú sabes que por lo menos un 40% de cada boleto son impuestos del TUA”.
“Obviamente esperemos que paguen si no, pues no se vale, es competencia desleal, el combustible también es un dineral lo que se lo que se gasta”.
Comentó que de 2021 a 2023 se han incrementado hasta 120% las tarifas del combustible, “entonces sí la aerolínea del Estado va a estar subsidiada, pues no se vale que las otras aerolíneas compitan y paguen impuestos y paguen combustible, pagan sueldos”.
LEG