El presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro británico, Rishi Sunak, anunciaron este jueves una nueva alianza económica para responder a los desafíos geopolíticos y sobre todo a las ambiciones de China.
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La “declaración atlántica” firmada en la Casa Blanca por los dos líderes prevé una mayor cooperación en la industria de la defensa, en la energía nuclear civil y en el suministro de metales indispensables para la transición energética.
Al igual que otros aliados de Estados Unidos, el Reino Unido está preocupado por las consecuencias de la Ley de Reducción de la Inflación de Biden, que incluye ayudas millonarias para la industria de la energía verde, así como el impulso de la industria nacional y de los productos fabricados en Estados Unidos. En este sentido Sunak consiguió excepciones para los industriales británicos.
En materia de defensa, el presidente estadounidense ha prometido abrir el acceso al mercado estadounidense a industrias británicas para impulsar el desarrollo de armas sofisticadas como los misiles hipersónicos.
El acuerdo entre los dos países abarca asimismo la inteligencia artificial, la seguridad energética y las cadenas de suministro.
En tanto Estados Unidos aseguró que no le pide “a nadie” que “elija” entre Washington y Pekín, afirmó el jueves el secretario de Estado Anthony Blinken durante una visita a Arabia Saudita.
China reforzó sus relaciones comerciales y diplomáticas en Oriente Medio, que ha estado tradicionalmente bajo influencia estadounidense, e incluso supervisó el reciente acercamiento entre los dos grandes rivales de la región, Irán y Arabia Saudita.
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