El “pacto de no agresión’’ firmado por los cuatro aspirantes presidenciales de Morena se fue a la basura luego de las críticas de Claudia Sheinbaum al programa de seguridad ÁNGEL, presentado por Marcelo Ebrard.
De hecho, el uso y abuso de espectaculares, bardas, utilitarios, acarreados, gasto excesivo de origen dudoso y los dardos que se han lanzado los presidenciables guindas, hacen que su proceso solo sea una simulación.
Sheinbaum declaró el miércoles pasado que “la tecnología es un instrumento, no la solución’’ a los problemas de inseguridad que vive el país.
Incluso presumió lo que consideró un logro de su gestión al frente del Gobierno de la CDMX.
“No todo es tecnología. Tiene que haber una estrategia integral que vaya desde las causas hasta la inteligencia y la investigación. La tecnología es un instrumento pero no es la solución’’, reiteró.
Y es que el programa ÁNGEL, presentado como propuesta sexenal de combate a la delincuencia de Ebrard, tiene como eje fundamental el uso de la tecnología.
Reconocimiento facial, cámaras inteligentes, drones, inteligencia artificial, detectores de armas por patrones de movimiento, entre otros, forman parte del programa del exsecretario de Relaciones Exteriores.
Ebrard no se quedó callado después de la crítica de su principal contendiente y la retó a un debate, no solo sobre el tema de seguridad.
El (o los debates) han sido propuesta del excanciller, quien argumenta que no se puede conocer bien a bien a los candidatos presidenciales de Morena si no se contrastan sus ideas.
Sheinbaum declaró que aún “no es momento de las propuestas’’ y que “cuando sea el tiempo’’, ella presentará las suyas.
Ebrard cuestionó que, si la campaña de los aspirantes morenistas no es para presentar propuestas, ¿para qué era entonces?
Es casi un hecho que las corcholatas (por los menos las 4 principales) sean llamados a una reunión con el presidente López Obrador para poner orden, pues claramente el proceso ha rebasado a Mario Delgado y a Citlalli Hernández.
Ya sea por su incapacidad o por acuerdos previos, Delgado ha sido omiso en llamar la atención a los presidenciables guindas para que cumplan el pacto que firmaron.
Será en Palacio Nacional donde se limen asperezas o se dé el campanazo para que cada uno se defienda como pueda.
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Por cierto, mal día para el inquilino de Palacio Nacional.
Primero, por mayoría de votos (8-3), la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que el Senado sí fue omiso injustificadamente en su obligación de nombrar a dos de los 3 consejeros que le faltan al Inai para poder sesionar en pleno.
Aunque las vacantes son tres, una aspirante se amparó por lo que la omisión de la Cámara alta se refiere a dos nombramientos.
Una ministra cercana a Palacio Nacional, Loretta Ortiz, propuso en su proyecto declarar que el Senado no había incurrido en tal omisión, pero su propuesta fue rechazada.
Segundo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ratificó las medidas cautelares en contra del presidente López Obrador para que se abstenga de hacer comentarios sobre el proceso electoral del 2024.
“La medida consistente en una abstención de pronunciarse sobre temas electorales se justifica en el posible riesgo de afectar los principios constitucionales de los procesos electorales, aún cuando estos no hubiesen comenzado”, establece la resolución del Tribunal.
Y mientras se escribe este texto, la Unidad Técnica de lo Contencioso, del INE, votaba un proyecto en el que se establece la prohibición al Presidente para hablar de Xóchitl Gálvez.
Parece que la hidalguense ganará.
LEG