Foto: AFP / "El gobierno quiere un poder ilimitado para poner en marcha una política que no es liberal, una política de supremacía judía", denunció  

Miles de habitantes volvieron a manifestarse ayer, con cierres de estaciones de tren y carreteras, para denunciar el proyecto de reforma judicial del gobierno de Benjamin Netanyahu, por considerarlo una amenaza para la democracia.

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Desde el anuncio de la propuesta de reforma del sistema judicial, se manifiestan cada semana en uno de los mayores movimientos de protesta de la historia de Israel. «¡Democracia, democracia!» gritaron mientras ondeaban banderas israelíes en Haifa, Tel Aviv, Jerusalén, Petah Tikva y Rehovot.

«Vivimos días trágicos (…) frente a un gobierno (…) que se apura por destruir la democracia. Solo nosotros, los ciudadanos, podemos detener el tren de la dictadura», declararon los organizadores de la movilización. En Tel Aviv, activistas de un grupo de veteranos del ejército formaron una cadena humana para bloquear la entrada al cuartel general del Ejército.

«Estoy dispuesto a luchar», dijo Ron Sherf, de 51 años, veterano de una unidad de élite. «El gobierno quiere un poder ilimitado para poner en marcha una política que no es liberal, una política de supremacía judía», denunció.

Al grito de «¡Israel no es una dictadura!», cientos de personas invadieron varias estaciones de tren, a pesar del dispositivo policial para impedirles el acceso a los andenes. La Policía informó de 19 detenciones por «alteración del orden público».

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