El Parlamento británico adoptó ayer una controvertida ley contra la inmigración ilegal, que restringe drásticamente el derecho al asilo, que fue criticada por la ONU, al advertir que va en contra del derecho internacional sobre personas refugiadas.
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El texto es una iniciativa clave para el primer ministro Rishi Sunak, que se impuso la prioridad de luchar contra la inmigración irregular y prometió “detener” las llegadas de migrantes por el canal de la Mancha.
Los migrantes que lleguen de forma ilegal al territorio británico ya no podrán pedir asilo en el país, según la ley.
Además, el gobierno quiere que sean rápidamente detenidos y expulsados, ya sea a su país de origen o a otros lados como Ruanda. La ley tendrá que ser ratificada por el rey Carlos III, una mera formalidad.
CONDENAS
Al afirmar que entra “en contradicción” con las obligaciones del Reino Unido respecto al derecho internacional relativo a los derechos humanos y los refugiados, la ONU condenó la ley.
El texto tendrá “profundas consecuencias para las personas que necesiten protección internacional”, denunciaron en un comunicado conjunto el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, y el Alto Comisionado para los Refugiados, Filippo Grandi.
Según la oenegé británica Refugee Council, “es un día oscuro” para la reputación del Reino Unido. “Un gobierno está en problemas y está probando el viejo método que consiste en (…) acusar a los migrantes de sus propios fracasos”, lamentó Michael Rosen, activista de los derechos de los refugiados que protestó junto a decenas frente al Parlamento.
En 2022, más de 45 mil migrantes cruzaron el canal de la Mancha, sobre todo desde Francia, en pequeñas embarcaciones, un récord. En lo que va de año, lo hicieron más de 13 mil.
Por otro lado, unos 500 solicitantes de asilo serán instalados en un pontón, amarrado en un puerto inglés, para reducir costos de alojamiento en hoteles.
CON INFORMACIÓN DE AFP
LEG