Foto: AFP / El papa Francisco saludó ayer desde el papamóvil a su llegada a un encuentro con voluntarios del baile de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Alges  

Antes de pedir a las nuevas generaciones que no tengan miedo e hizo un llamado por la paz, frente a una marea de 1.5 millones de peregrinos, el papa Francisco presidió ayer la misa final de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa.

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Aclamado por una multitud que le cantaba “¡Esta es la juventud del papa!”, el pontífice argentino se dio horas antes un último baño de masas en el cierre de esta edición de la mayor reunión internacional de católicos.

Tanto en la vigilia del sábado como en la eucaristía del domingo, en este vasto recinto instalado junto al Tajo se congregaron 1.5 millones de personas, informó el Vaticano al citar una estimación de las autoridades.

Después de un extenso recorrido en “papamóvil“, Francisco presidió la misa desde el colosal altar que dominaba el recinto a las puertas de Lisboa, repleto hoy de fieles agitando sus banderas, además de 10 mil sacerdotes, 700 obispos y 30 cardenales.

Antes de concluir la ceremonia, Francisco reveló que Seúl será la próxima sede de este macro evento que moviliza a miles de jóvenes de todo el mundo.

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