Cientos de camiones y viajeros seguían varados este martes en la frontera entre Afganistán y Pakistán, casi una semana después del cierre del principal cruce entre los dos países, provocado por un tiroteo.
El intercambio de disparos entre las fuerzas afganas y paquistaníes tuvo lugar el 6 de septiembre en el cruce fronterizo de Torkham, debido a un desacuerdo sobre la construcción de un puesto de seguridad en el lado afgano.
Cada bando acusó al otro de iniciar las hostilidades. Desde entonces, los dos gobiernos han estado discutiendo las condiciones para reabrir el cruce fronterizo, pero sin llegar a un acuerdo.
Te podría interesar: Muere sobreviviente de los campos nazis
El lado paquistaní de la frontera estaba desierto el lunes. Los mercados y las oficinas están cerrados, y las personas que esperan ingresar a Afganistán se refugian en las mezquitas circundantes.
Jamal Nasir, un funcionario de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, dijo a AFP que cerca de 1.300 vehículos, entre ellos muchos camiones, esperan en las carreteras la reapertura de la frontera.
“Los camiones que transportaban frutas y verduras tuvieron que regresar, porque sus productos estaban podridos o a punto de estarlo“, explicó.
Te podría interesar: Inundaciones por Daniel, más mortales en Libia tras lluvias
Ghani Gul, un afgano de 55 años, que acudió a la ciudad paquistaní de Peshawar para que le trataran un ojo, lleva seis días esperando poder regresar a casa.
“Estoy atrapado aquí y no tengo más dinero”, dijo. “¿Por qué tengo que someterme a este cierre de la frontera? Ambos países deberían hacer lo que quieran, pero al menos dejar la frontera abierta para la gente común”, lamentó.
La localidad de Torkham, ubicada a 180 km de cada capital, es un importante lugar de comercio entre los dos países. Afganistán exporta carbón a Pakistán, que exporta a su vez alimentos y diversos productos.
Las tensiones entre los dos países vecinos se han deteriorado desde el regreso de los talibanes al poder en Afganistán, en agosto de 2021.