Gretel Bergmann fue una deportista alemana que no pudo participar en los Juegos Olímpicos porque ella y su familia eran judíos.
Conoce la historia de esta atleta que tuvo prohibido participar en las “Olimpiadas nazis” debido a las leyes antisemitas de entonces.
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Bergmann fue considerada como una de las mejores de su país por allá de los años 30, pero fue exiliada de la élite deportiva por el gobierno nazi debido a que ella y toda su familia eran judíos.
Comenzó su carrera cuando tenía 16 años, en 1930, especializándose en salto de altura y teniendo las mejores marcas desde un inicio.
Logró entrar a los campeonatos del sur de Alemania donde obtuvo la segunda mejor marca saltando 1,47 metros; en los años posteriores logró 1,50 metros.
Para 1935, un año antes de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 (las Olimpiadas nazis) alcanzó una altura de 1,55 metros.
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Desafortunadamente, le fue prohibido asistir al evento porque existía una legislación muy radical contra los judíos.
Asimismo, le fue imposible conseguir el récord de Alemania, también en 1936, dentro de los campeonatos de Wurtemberg.
Como quería continuar desarrollándose en el deporte, emigró a Inglaterra y posteriormente a Estados Unidos, donde obtuvo varios reconocimientos.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, decidió abandonar sus sueños deportivos y optó por dedicarse a su familia.
Sus últimos años los pasó en Nueva York, ciudad donde falleció a la larga edad de 103 años. En Berlín actualmente hay una placa que suscribe “en honor a Gretel Bergmann”.
Desafortunadamente, las conocidas Olimpiadas nazis se distinguieron por su propaganda a favor del régimen de Hitler, hecho que nunca antes había ocurrido en un evento deportivo de esta clase.
CI