Con una definición favorable tras cinco encuentros y un desenlace en terreno rival, los Texas Rangers se coronaron por primera ocasión en su historia en la Serie Mundial, luego de imponerse 0-5 a los Arizona Diamondbacks, para llevarse la corona en el clásico de otoño.
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A pesar de que el juego tuvo como principales protagonistas a lanzadores, con los desempeños precisos de Nathan Eovaldi y Zac Gallen, como pitchers abridores de sus respectivos equipos y escasos hits conectados durante todo el juego, un contundente séptimo rollo fue el punto de quiebre en el juego, a favor de la novena de Texas.
Con un batazo sencillo de Mitch Garver que se fue rodado por el jardín central del Chase Field de Arizona, Corey Seager anotó la carrera que le quitó los ceros al marcador y puso en ventaja al conjunto visitante.
Un lapidario ingreso de Paul Sewald como segundo relevista para Arizona, condujo a las carreras de Josh Jung y Nathaniel Lowe, que terminaron por confirmar el campeonato de la novena texana, con el cuadrangular de Marcus Semien y la empujada de Jonah Heim para el 5-0 final
Por parte de los Diamondbacks y a pesar de que elementos como Corbin Carroll, Christian Walker, Lourdes Gurriel Jr y Evan Longoria lograron posicionarse dentro del diamante en sus respectivos turnos al bate, la ofensiva de los Dbacks nunca logró hacer válida su condición de local.
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Además de la victoria histórica, que los hace acreedores de sus primeros anillos como franquicia campeona en la Gran Carpa, los Rangers extendieron a once su racha de victorias consecutivas como visitantes, para mantenerse como el equipo que mejor registro tiene en dicho apartado en toda la historia de las Grandes Ligas durante postemporada y el la novena 25 que se lleva el título a su casa.
CSAS