Este martes se cumplen 15 días del paso del huracán Otis que devastó al puerto de Acapulco, Guerrero, municipios aledaños y hasta ahora la ayuda sigue llegando a cuentagotas y faltan acciones de gobierno para remover escombros, limpiar calles y lo más importante reactivar la economía.
Bastaron un par de horas para que los vientos de hasta 270 kilómetros por hora destruyeran todo lo que encontraron a su paso… destruyeran Acapulco.
La información no llegaba; la falta de energía eléctrica, la caída de internet, los caminos bloqueados y la misma emergencia mantuvieron a los guerrerenses incomunicados y viviendo las peores horas.
Poco a poco llegaban las imágenes la mente, pero sobre todo el corazón, no alcanzaba a entender lo que estaba pasando. La fuerza de la naturaleza representada en Otis nos volvió a demostrar lo vulnerables que somos.
El gobierno de la Cuarta Transformación en sus tres niveles volvió a quedar rebasado en Guerrero y es que no hubo fuerza policiaca o militar que evitará los robos a tiendas, bancos y viviendas.
Guerrero ha sido un estado devastado por la violencia y el crimen organizado en las últimas décadas y el puerto de Acapulco apenas se recuperaba de la caída económica que dejó el Covid-19, y la afectación tras Otis dejará un daño económico a largo plazo.
De acuerdo con Copérnico una plataforma del Servicio de Gestión de Emergencias de la Unión Europea, Otis dejó a más de 580 mil personas damnificadas, una afectación en 7 mil 170 hectáreas de construcciones y 893 kilómetros de caminos dañados. Y se extendió a 900 hectáreas en Acapulco.
Este sistema cuyo objetivo principal es proporcionar datos precisos y actualizados sobre el estado del medio ambiente y los cambios que se producen en la Tierra a través de satélites, aviones y estaciones terrestres; señaló que desaparecieron mil 400 hectáreas habitables; casi cinco mil hectáreas de bosques, y hay más de 275 mil viviendas dañadas.
¿Y cómo enfrentar este daño?
Lo lógico sería con recursos en el Presupuesto, pero esto no sucedió; con programas especiales, que ya fueron publicados, pero faltan reglas de operación; con un gran convenio empresarial, que según el gobierno se está construyendo.
Al intentar acaparar el reparto de despensas y agua que, por supuesto, tienen el sello del gobierno de la 4T, el gobierno ha evitado que la ayuda llegue a todas las comunidades de manera expedita.
Por ello, la tragedia que dejó Otis nos demuestra que a pesar de la división que promulgan desde Palacio Nacional, la hermandad y solidaridad de los mexicanos es mucho más grande que cualquier gobierno y sólo unidos, sin mezquindades ni oportunismos es como Acapulco se volverá a poner de pie.
Y en Pregunta Sin Ofensa:
Ya se habían tardado en sacar el cobre los morenistas, ya veremos después del 10 de noviembre, cuando se den a conocer los virtuales candidatos para las nueve gubernaturas que se renovarán el próximo año, cuántos heridos y traicionados quedarán en el camino.
@aguilarkarina