Abandonado por militantes de la vieja guardia y dirigido por Alejandro Moreno, Alito, un líder con acusaciones de traición y corrupción, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) representa un lastre para la coalición opositora que ahora lleva el nombre de Fuerza y Corazón por México, que encabeza Xóchitl Gálvez rumbo a la presidencia de México.
De acuerdo con el doctor Gustavo López Montiel, académico de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del TEC de Monterrey, la coalición está en riesgo, “porque las acusaciones de corrupción empañan en su conjunto al Frente”.
Y es que el líder del PRI ha sido investigado por presunto enriquecimiento ilícito y su administración en años pasados como gobernador de Campeche está bajo la lupa de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Destacó que la salida de personajes como los senadores Miguel Ángel Osorio Chong, Eruviel Ávila, Jorge Carlos Ramírez Marín o el exgobernador de Hidalgo Omar Fayad, así como el alcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava, sí afecta al Revolucionario Institucional, porque se van con su respectiva estructura.
Aseguró que existe una crisis en el tricolor “porque al final estos grupos se van con estructuras, por muy pequeñas que sean son estructuras que son importantes para la consecución de votos, por eso la alianza es importante para Alejandro (Moreno)”.
El especialista refirió que de ir sólo el PRI a la contienda, muy probablemente tendría un porcentaje mucho menor de votos ante la pérdida de gubernaturas “eso lo pondría, tal vez no era una posición de de pérdida de registro, pero sí en una posición de tener una influencia pequeña con respecto al resto de los partidos. Entonces esta es la crisis en ese sentido, pero al final está dentro del cálculo que él mismo tiene”.
Porque de acuerdo con el politólogo, a Alejandro Moreno “no le interesa tanto ver a un PRI grande, le interesa tener un PRI controlado”, de ahí que acuse a los que se van de traidores y a los que se quedan los tiene bajo el compromiso de garantizar la reelección.
Desde julio pasado, con la salida de cuatro senadores de la bancada priista, entre ellos Miguel Ángel Osorio y Claudia Ruiz Massieu, se exacerbó la crisis de este partido ante las acusaciones en contra de su dirigente nacional de acaparar todos los nombramientos y secuestrar a los órganos de dirección de ese partido.
La presunta falta de palabra y de los acuerdos de Alejandro Moreno hizo que el senador de Yucatán, Jorge Carlos Ramírez Marín, renunciara a su militancia toda vez que no pudo obtener la candidatura para la gubernatura de su estado y ahora milita en el Partido Verde.
Lo mismo pasó con el alcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava, quien la semana pasada decidió dejar el PRI y acusó a Moreno Cárdenas de traición.
Sin embargo, para la vicecoordinadora de los senadores del PAN, Kenia López, “ninguna división será suficiente para detener la ola y gran avance del Frente” y consideró que los problemas internos de un partido no afectan las candidaturas.
Para el doctor López Montiel, la campaña de Xóchitl Gálvez está utilizando colores distintos a los partidos que encabeza en un intento de deslindarse, como en su momento lo hizo la priista Beatriz Paredes en la Ciudad de México, de los partidos políticos a los que necesita para tener votos duros.