A un mes del impacto de Otis, Acapulco no luce como la dorada ciudad turística de Guerrero, sino como una sombra de lo que fue, donde la gente desespera por la falta de trabajo, de apoyo y por la basura acumulada en la zona.
La Quebrada, uno de los sitios más emblemáticos del puerto, luce vacía, pues desde su empinado acantilado ya no se ve caer a los arrojados acapulqueños que han deleitado con su valentía y arrojo, por décadas, a todo tipo de turistas y hasta a estrellas de Hollywood.
Fuera de un grupo de jóvenes que juegan futbol y un grupo de elementos de la Guardia Nacional que resguarda el sitio, nada impide el sonido del romper de las olas contra la pared del risco.
Y es que desde hace un mes los vendedores de la zona no tienen clientes y sólo ven crecer los montones de basura a su alrededor, montículos que combinan los desechos diarios con los restos que volaron con la furia del meteoro categoría 5, el 25 de octubre pasado.
“Nos ha ido un poco mal, porque nosotros vivimos del turista, tampoco hay clavados, esperemos que se componga el área para que vengan los turistas”, lamenta don Julio, uno de los clavadistas de La Quebrada, mientras mira caer la tarde.
Por el momento, él y sus colegas viven de las despensas que les ha dado el Gobierno, pero “no hay dinero”.
“Ahorita esperamos ayuda del Gobierno, porque mi casa se la llevó toda el huracán, la lámina de asbesto, la lámina galvanizada. Ahorita hay un programa de que nos van a ayudar, pero no vemos para cuando”, comenta preocupado.
Misma pregunta que se hace la señora Eva Carmona, dueña de El Charrito, cuyo patrimonio y familia se ha visto afectado por el huracán, ya que sus fuertes vientos tiraron parte de su techo… y uno de sus hijos se contagió de dengue.
Esto porque ya va a ser un mes y “la basura no nos la quitan”, mientras las autoridades no les dan razón de cuándo se la llevarán, lo que genera mal olor.
“Ese es el problema (…) está mal todo esto. Yo la verdad lo que quisiera con los demás compañeros es que nos quitarán la basura, porque han venido a limpiar pero no se la llevan”, denunció.
Además, dijo que aunque se han presentado grupos de Jóvenes Construyendo el Futuro -uno de los programas insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador-, éstos solo barren y acumulan los desperdicios.
Es tal el problema que doña Eva ha tenido que congelar el desperdicio que deja su pequeño restaurante para evitar que se descomponga.
También denunció que debido a la acumulación de basura y agua en las calles se han presentado contagios de dengue; uno fue el de su hijo pequeño que, para que fuera tratado, tuvo que enviarlo a otro municipio.
“Mi niño sí (…) a los 8 días que pasó el huracán mi hermana vino y se llevó a mis hijos, porque se estaba enfermando el más chico por los moscos, el agua y acá no había medicinas, ni doctor, ni nada”, denunció.
Sobre sus ventas, dijo que por el momento le vende comida a los guardias nacionales que vigilan el sitio, pero “turismo no ha pasado nada de nada (…) sólo con ellos hemos ido vendiendo para ir comiendo”.
Visita de AMLO
Ayer, a las afueras de las instalaciones de la Doceava Región Naval en Acapulco manifestantes reclamaban la falta de apoyos tras la devastación ocasionada por el huracán Otis, mientras resguardado en el interior, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio su Mañanera en la ciudad portuaria.
“AMLO traidor” y “se las vamos a cobrar en 2024” eran algunas de las pancartas que los habitantes de Acapulco portaban en contra del mandatario, que una vez más evitó recorrer las colonias afectadas del puerto o del municipio vecino de Coyuca, donde cálculos de su propio Gobierno estiman 274 mil viviendas dañadas.
“Acapulco requiere un verdadero plan de reconstrucción”, gritaba Ramiro Solorio, activista y político panista, que en días pasados encabezó una caravana de damnificados para protestar frente a Palacio Nacional, clamando por apoyos para el puerto.
Entre la gente, empleados de hoteles como El Cano señalaban que no pueden trabajar y que tampoco han recibido apoyos económicos.
Dentro de las instalaciones navales y alejado de los gritos de quienes clamaban por el apoyo presidencial, López Obrador señalaba que “vamos a seguir evaluando. He estado en seis ocasiones en Acapulco, he venido casi o cada semana, cada cinco días estoy aquí y voy a seguir viniendo. Y no están solos los acapulqueños ni la gente de Coyuca, vamos a seguir respaldando, vamos a seguir apoyando a los damnificados ahora que se requiere”.
Sin embargo, las seis veces que ha estado en el puerto desde el impacto de Otis, el Presidente no ha recorrido las colonias, de acuerdo a sus propias palabras, para evitar a posibles “provocadores”.