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Foto: Jorge X. López. Joana afirmó que Santos, pese a que se le retiró el ministerio y aun sin que concluya el proceso judicial, se encuentra activo como sacerdote y preside servicios religiosos.  

Joana Cruz Galván, víctima de abuso sexual por cuatro sacerdotes y un acólito en el Seminario Mayor de Atlacomulco, exigió la resolución del amparo que interpuso Doroteo Ildefonso Santos, su agresor, a la sentencia condenatoria que recibió.

Relató en conferencia de prensa que los abusos comenzaron en 2015, cuando ella tenía 12 años, pero fue hasta 2017 cuando decidió relatar a su madre la situación por la que pasó con los religiosos.

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“Ahorita ya no tengo miedo, todos estos abusos me hicieron más fuerte y como lo dije en una audiencia ante un juez, habla la niña de 12 años a la que violaron, de la que abusaron sexualmente; Doroteo siempre me decía que era su bebé, me mandaba mensajes por Facebook, por Whatsapp, que saliera de mi casa, que si no salía no se iba a ir de ahí y como mi mamá nos inculcó esta religión, para mi familia y para mí los sacerdotes eran algo sagrado, alguien a los que debíamos respeto, por esta misma razón yo no podía decir que no cuando me mandaba mensaje (…) los abusos acabaron siendo algo normal, una niña de 12 años no entiende lo que están haciendo contigo, lo normalizas, piensas que está bien, que es tu responsabilidad por ser una imagen de Dios”, contó Joana.

Tras conocer los hechos, continuó, su madre acudió con las autoridades eclesiásticas y se integró un expediente interno, se abrió una investigación y se presentó una denuncia canónica en la que supuestamente se daría una resolución.

Sin embargo, murió el sacerdote que llevaba el caso y a la fecha no se ha tenido ningún tipo de respuesta por parte de la Iglesia católica, ni de reparación del daño ni las consecuencias que van a recibir los sacerdotes que abusaron de ella y los protegieron a los abusadores.

Luego de dos años de haber iniciado un “acuerdo” en el que se atendería su caso, el nuevo encargado del área jurídica del Seminario consideró que debía darse aviso a la Fiscalía del Estado de México por lo que en 2019 se integró el expediente ORO/FVG/VIA/014/240413/19/08.

En la etapa procesal, recordó, los abogados de Doroteo Ildefonso Santos le ofrecieron un millón de pesos para que no continuará con el proceso y no llegar a la audiencia de juicio, pero Cruz no aceptó y el juez dictó sentencia absolutoria a favor de su agresor.

La resolución la apeló en el Tercer Tribunal de Alzada en Materia Penal en Texcoco y el 15 de agosto pasado se dictó sentencia condenatoria, sin embargo, el 5 de septiembre Santos presentó un amparo por lo que desde entonces su caso está en espera de que se resuelva dicho amparo, pero su agresor está en libertad.

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Joana afirmó que Santos, pese a que se le retiró el ministerio y aun sin que concluya el proceso judicial, se encuentra activo como sacerdote y preside servicios religiosos.

Acerca de los sacerdotes César Israel Dávila Alquisiras, Luis Alberto Vázquez Mendoza, Francisco González Hernández y el acólito Gustavo Ramírez Jiménez, dijo que estos fueron alertados de la inminente liberación de órdenes de aprehensión en su contra por lo que se dieron a la fuga y a la fecha se desconoce su paradero.