Conocida como esposa de quien fuera uno de los narcotraficantes más buscados, Joaquín Guzmán Loera, pero también como modelo y, antes de ser sentenciada a tres años de prisión en Estados Unidos, también como influencer, Emma Coronel Aispuro ha vuelto a tener los reflectores sobre su persona tras haber salido de prisión y tener que lidiar con las diligencias de su libertad.
Te puede interesar: Detiene FGR a exdirector de Segalmex por delincuencia organizada
Entre la orden de un juez del Distrito de Columbia que ha ordenado se le revisen cuentas y comunicaciones para mantener su libertad condicional, su cambio de look y su posible debut como actriz en el video musical de Mariel Colón, quien fuera su defensora ante la justicia estadounidense, la señora del narco no deja de ser noticia. Pese a ello, su persona, más allá de sus estrechas relaciones con el crimen organizado y el narcotráfico y su relación amorosa con El Chapo, es una incógnita.
¿Quién es Emma Coronel Aspurio?
Como reina local de Canelas, Durango y coronada entre bandas, sujetos armados y la compañía de Guzmán Loera en el lejano 2007, fue que Coronel hizo aparecer su nombre a ojos del mundo. Aunque no ella, precisamente, sino el capo, quien había anunciado antes sus intenciones de casarse con la reina de belleza.
Pese al título de esposa que se le atribuye a Coronel debido a un reportaje de Proceso, El Mayo Zambada dejó claro en entrevista con Julio Scherer que esa boda nunca había sucedido.
Antes de convertirse en la tercera esposa de quien fuera uno de los criminales más buscados a nivel mundial, Coronel estudió Comunicación en la Universidad Autónoma de Sinaloa. Sin embargo, la vida normal duró poco, para ella y para sus tres hermanos, dos de los cuales se encuentran, junto con el padre, en prisión, también por asuntos relacionados con droga.
Fama, lealtad y silencio
No fue hasta 2019 que el ojo mediático la colocó en primeras planas y todas las notas posibles, pues fue ese el año que se llevó a cabo el juicio de El Chapo en Nueva York, al que ella asistía vestida con su mejores marcas, entre marcas de lujo y firmas de diseñador, mostrando siempre una entereza envidiable. En ese mismo año, tuvo una aparición en un reality show y fundó una marca de ropa en EEUU.
Al año siguiente, ella vivió en carne propia su propio juicio, donde se declaró cómplice de su marido y describió a detalle cómo hizo para auspiciar el envío de toneladas de cocaína, heroína, marihuana, entre otras sustancias ilícitas. Luego de ser declarada culpable y con sentencia dictada, pasó dos años y medio en una prisión de máxima seguridad, para ser luego transferida a Texas, a una prisión de seguridad mínima y conseguir, de cierta forma, lo que ahora vive: su libertad condicional.
DG