El problema no es que el señor Ulises Lara López se haya quedado al frente de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) en sustitución de Ernestina Godoy Ramos, cuya ratificación para un segundo periodo le fue denegada por los congresistas capitalinos del bloque opositor.

Tampoco representa ningún problema que esta posición haya quedado en manos de uno de los incondicionales de la señora Godoy (don Ulises fue su vocero). De hecho, todos sabíamos que ese lugar lo ocuparía un afín a la cuatroté y que serían desdeñados y desestimados los perfiles de decenas de aspirantes mejor calificados y cualificados. Sin embargo, lo que molesta, lo que indigna y lo que fastidia es que a diario, desde este régimen, le mienten a la gente sin recato alguno.

Gracias a las herramientas tecnológicas de las que disponemos hoy,  como el Internet, es muy fácil investigar quién hizo qué, dónde y cuándo. Punto. Apenas se dio a conocer la noticia de que Lara López fue nombrado “encargado de despacho” de la FGJCDMX, era lógico que los periodistas se pondrían a hacer su trabajo: investigar.

Lo que ha hecho, lo que ha dicho; sus padrinos, los que lo protegen, a quiénes les reporta y, obviamente, dónde estudió y qué estudió.

En lo particular, a mi me parece que lo único que tiene para presumir don Ulises en su currículo académico es que cursó una licenciatura en Sociología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM, de la cual se tituló en 2000 y que casi dos décadas después, en 2019, se tituló de la maestría en Gobierno y Asuntos Públicos ahí mismo, en nuestra máxima casa de estudios.

Sin embargo, ninguna de estas dos acreditaciones le dan derecho para hacerse pasar como abogado y asumirse como tal. Porque eso fue lo que le aseguró Lara López al periodista Joaquín López-Dóriga en su espacio informativo, que él era abogado. ¡Mintió!

El resto de las proezas académicas de este señor, las cuales están asentadas en el Registro Nacional de Profesionistas de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con su respectivo número de cédula profesional, sinceramente apantallan tanto como haber sido reportero de Bizbirije o de 31 Minutos: Doctorado en Derecho por el Instituto Ejecutivo Mexicano, titulación en 2020; licenciatura en Criminalística por el Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas, titulación en 2021 y licenciatura en Derecho por el Centro Universitario Cúspide de México, titulación apenitas hace tres días, justo la fecha en el que lo pusieron al frente de la fiscalía capitalina.

¡Qué bárbaro, un estudiante ejemplar!, como los que quieren todas las mamacitas mexicanas.

Definitivamente, alguien tiene que llamarle a los señores del Libro Guinness, porque éste es todo un récord: un denodado y ejemplar servidor público que aparte de sacar su chamba diaria, se quemó las pestañas para cursar dos licenciaturas y un doctorado en tres años.

¡¡¡Uffff!!!

 

X: @Yalessandrini1

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