La ola de violencia que azota a Chilpancingo originó que los transportistas de rutas foráneas que comunican a municipios vecinos con la capital de Guerrero organizaran un paro de labores este 12 y 13 de febrero.
La suspensión del servicio generó caos en la movilidad de personas que vienen de Chilapa, Ocotito, Mochitlán, Petaquillas, Tepechicotlán, Quechultenango, Tixtla, Mochitlán, el valle del Ocotito y Tierra Colorada, entre otras zonas.
La capital del estado inició esté día con escaso transporte público, sin clases y con rutas foráneas que decidieron seguir con la suspensión del servicio.
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La semana pasada cuatro choferes fueron asesinados en hechos distintos, lo que derivó en la suspensión del servicio y fue hasta el jueves cuando algunos taxistas y combis comenzaron a circular.
De acuerdo con un transportista que pidió omitir su nombre por seguridad, en Chilpancingo circulan alrededor de 783 taxis y cerca de 760 combis de las rutas Centro-Mercado, con destino a varias colonias.
Las clases en la capital también continúan suspendidas y en las calles y se puede observar a gente caminar con rumbo a sus trabajos de oficinas. Algunos se transportan en bicicleta y otros ocupan motos para circular con tres personas.
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En las calles del Centro de Chilpancingo las paradas de combis se ocupan como espacios de vehículos particulares y nadie interviene, porque tampoco se observan a los agentes de Tránsito municipal.
EDIL MORENISTA JUSTIFICA ACTOS
La presidenta municipal de Chilpancingo y morenista, Norma Otilia Hernández Martínez, aseguró que la violencia que se vive en la capital del estado sólo es una guerra psicológica en redes sociales, que ha propiciado entre otras cosas la suspensión del transporte público.
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Además, justificó que los problemas de violencia se han presentado por lo menos desde hace 20 años y que la ciudadanía ha aprendido a vivir con estos.
Ante esta situación, lanzó un mensaje a la población a no dejarse apoderar por el miedo, y en su caso empoderarse y hacer suyos los espacios públicos.