Esta semana, exploramos quién podría ganar en las categorías técnicas.
¡Ya casi! ¡Ya casi!
Los premios Oscar, los cuales premian lo mejor del cine (supuestamente), llegan el 10 de marzo. Para prepararnos, les voy a dar un pequeño recuento de las cintas nominadas y de qué debe de celebrarse, fuera de sí estas cintas se llevarán la estatuilla o no.
Esta semana es momento de galardonar eso que, si se hace perfectamente, se siente como un ensamble ideal: los apartados técnicos, aquellas herramientas que nos ayudan a transportarnos a estos mundos y a estas historias tan maravillosas.
Para no quedarnos aquí toda la tarde, haré énfasis en tres departamentos clave este año: el de arte, de sonido y música y el de fotografía.
En el plano artístico—es decir, aquello que se construyó para materializar los mundos donde nuestros personajes vivieron increíbles aventuras—destacan Barbie, Poor Things o incluso Napoleón, largometrajes nominados en la categoría de diseño de producción, el cual se encarga de generar los objetos, escenarios y demás materiales capturados por la lente.
Napoleón, de Ridley Scott, fue una odisea confusa y controvertida sobre la vida del famoso emperador francés, mas sus épicos disfraces, batallas y palacios supervisados por Arthur Max son dignos de reconocimiento.
Barbie de Greta Gerwig destaca en este sentido por BarbieLand: un mundo de juguete que cobró vida gracias a Sarah Greenwood. Sin embargo, me inclino por Poor Things de Yorgos Lanthimos, porque toda la cinta se siente como un mundo surreal, en parte gracias a esta reinterpretación futurista de Europa del siglo XIX, donde Shona Heath y James Price cuidaron hasta el más mínimo detalle.
En el apartado sonoro, la indiscutible ganadora será Oppenheimer. Ya veremos qué tan justo será su reconocimiento en otras categorías (eso lo discutiremos en las siguientes semanas), mas aquí su maestría del sonido es sin igual, sobre todo en las escenas donde se pone a prueba la bomba atómica, y donde Oppenheimer sueña con el sufrimiento son escalofriantes. Realmente te adentran en un miedo paralizador. Bravo, Richard King.
Para la música, la banda sonora está entre Oppenheimer, Poor Things y American Fiction. La primera, épica hasta en las escenas más personales; la segunda, hipnótica y extraña; y la tercera, atrevida en su mezcla de jazz y sonidos contemporáneos.
La favorita para mejor canción es la introspectiva balada de Billie Eilish para Barbie, “What Was I Made For?”, que ya se llevó el Globo de Oro y el Grammy. El Oscar está casi casi en su bolsillo.
Por último, en el apartado fotográfico, la batalla está nuevamente entre Oppenheimer y Poor Things. La primera, por Hoyte Van Hoytema por sus planos enormes en las secuencias de la bomba y su uso del color; la segunda, por Robbie Ryan, también por la maestría del color pero con el valor agregado de una estética inusual a través del ojo de pescado. Poor Things es simplemente más original. Prefiero el trabajo de Robbie que el de Hoyte.
Y ahí lo tienen. Vale la pena destacar eso previo a la ceremonia, sin importar quién gane. La próxima semana tenemos que enfocarnos en Dune, pero haremos un calentamiento previo a la ceremonia del 10 de marzo.
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