En medio de un desorden informativo en materia política, es posible identificar tres pistas fundamentales en las cuales se desarrollará la campaña presidencial y por otros miles de cargos a partir de hoy viernes 1 de marzo: seguridad, Estados Unidos y reforma del Estado.

La atención se centrará en los tres candidatos presidenciales registrados, en tanto que cualquier tipo de iniciativa anticrisis tendrá que partir del próximo jefe del Ejecutivo Federal, en el entendido de que la candidata oficial Claudia Sheinbaum Pardo arranca con una cómoda ventaja en tendencia de votos, la candidata opositora Xóchitl Gálvez Ruiz no pudo salir del 30% y el candidato de Movimiento Ciudadano no alcanzará siquiera la condición de simbólico.

En los meses de precampaña, ninguna de las dos candidatas tuvo la preocupación por definir sus propuestas en estos tres grandes temas, aunque siempre culparon a las limitaciones establecidas por el INE de Lorenzo Córdova Vianello sobre la movilidad política de los aspirantes. Pero a pesar de ello, hubo oportunidades para que las dos precandidatas viables pudieran sorprender a la sociedad con algún lineamiento sensato para atender los tres problemas fundamentales.

Los formatos de las campañas no serán oportunidad para debatir propuestas de gobierno y las plataformas electorales de los partidos son de los documentos más inútiles que existen en la política. El espacio que queda será el de pronunciamientos en medios de comunicación, pero con muy escaso efecto real en los aproximadamente 60 millones de votantes que se prevén de asistencia electoral.

El punto de partida de la candidata oficial se localiza en la aprobación presidencial y en su propia tendencia de votos dos a uno sobre su competidora, lo cual dejaría el mensaje equivocado de que la sociedad podría votar por una continuidad. Lo malo es que la candidata opositora no tiene ni la más mínima idea de los temas centrales de la campaña.

De ahí la percepción de que se votará por superficialidades, no por proyectos.

 

Zona Zero

  • Las informaciones sobre candidatos a distintos cargos públicos que han sido agredidos o asesinados parece no tener cabida en la estrategia de seguridad de los tres niveles de gobierno, lo cual deja en el ambiente malas señales y algunos indicios de que el crimen organizado sí tendrá algún tipo de participación en las elecciones del próximo 2 de junio.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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