Son muchas, decenas de denuncias en medios, sobre el presunto financiamiento del narco a las campañas de Morena en el 2021.

 

Lo más reciente son las revelaciones que le hizo al periodista Héctor de Mauleón la fundadora de Morena y exsubdelegada regional de programas sociales en Sinaloa, María del Rocío Jocelyn Hernández Jiménez.

 

La exfuncionaria contó cómo su entonces jefe, José Jaime Montes Salas, nombrado por López Obrador superdelegado de programas federales en Sinaloa (hoy ocupa el cargo de secretario de Agricultura del estado), le pedía que entregara cierto número (no precisa cuántas) de tarjetas del bienestar y que las reportara como robadas o perdidas.

 

También da cuenta de cómo llegaban maletas de efectivo a la casa de campaña del hoy gobernador Rubén Rocha Moya, cuyo origen ni siquiera era dudoso.

 

Con estas denuncias, más todo lo que se ha dicho de la relación de Américo Villarreal y Mario Delgado, entre otros, con el empresario huachicolero Sergio Carmona, asesinado en noviembre del 2021 en Monterrey, el Presidente tendría, por lo menos por curiosidad, investigar qué tanto hay de cierto en estas versiones.

 

Pero no lo hace, las descalifica y ataca al mensajero; acusa complots, ataques de los conservadores y toda la serie de adjetivos que por cinco años ha repetido diariamente.

 

¿De verdad el Presidente no sabe, no tiene la información, es tan ingenuo para suponer que todos en Morena son casi santos?

 

¿Está tan convencido de su propio discurso que les tiene confianza ciega a sus colaboradores, a los gobernadores que él palomeó en las listas que le presentó Delgado?

 

El robo a través de las tarjetas del bienestar, especialmente la de las ayudas a personas mayores, fue denunciado en su momento por Carlos Urzúa, primer secretario de Hacienda de esta administración.

 

Urzúa, recientemente fallecido, calculó que por lo menos había 600,000 “beneficiarios’’ de la pensión que eran fantasmas.

 

El exsecretario de Hacienda dijo que estas 600,000 almas representaban un robo de 50,000 millones de pesos, de cuyo destino por supuesto que no hay rastro.

 

También el empresario Ricardo Salinas ha denunciado ese modus operandi para obtener recursos ilícitamente.

 

El Presidente emplazó a Salinas a “presentar las pruebas’’ y dijo que en cuanto las tuviera, él mismo presentaría la denuncia.

 

Salinas no es ministerio público para investigar la comisión de un presunto delito; en todo caso, es el Presidente quién tiene los instrumentos jurídicos para ordenar una auditoría y aclarar si es cierto o no lo que ya lleva años comentándose en los medios.

 

En campaña, el presidente López Obrador dijo que el jefe del Ejecutivo, “todo lo sabía’’, pero ese no ha sido su caso.

 

O no tiene la información correcta, o su oído tiene una capacidad selectiva para ignorar lo que no le conviene.

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En el capítulo de hoy de la serie “Muertos en campaña’’, correspondió al PRI ser el protagonista.

 

Su candidato a la alcaldía de Paso de Oveja, Veracruz, de nombre Policarpio Ramírez Coria, fue asesinado en el municipio vecino de Cardel.

 

Policarpio era primo del dirigente estatal del tricolor, Adolfo Ramírez Arana.

 

El homicidio del candidato ocurre justo el día en el que el PRI conmemoraba su aniversario número 95.

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Dice el exministro Arturo Zaldívar que “la Corte y el Poder Judicial son el último reducto de la oposición’’.

 

Zaldívar aseguró que la Corte estaba alineada al poder económico y político hasta que llegó López Obrador y los trató de desalinear.

 

Puede ser, lo que no queda duda es que Morena sí es el último reducto que tiene el exministro para tener fuero.

 

Por si las dudas.

 

       @adriantrejo