El Vaticano reveló que no encontró pruebas de “irregularidades” que sustenten la acusación de agresión sexual en contra del cardenal canadiense, Gerald Lacroix, en una investigación que ordenó el papa Francisco.
En febrero, el papa encargó al juez retirado, Andre Denis, investigar la acusación de agresión sexual contra el cardenal Lacroix, arzobispo de Quebec y miembro del consejo asesor papal, a quien señalaron de violentar sexualmente en la década de 1980, para determinar si había pruebas suficientes para un juicio canónico.
En un comunicado, la Santa Sede informó que no se identificó ninguna acción que “equivalga a mala conducta o abuso por parte del Cardenal Gerald”, por lo que “no se prevé ningún otro procedimiento canónico”.
Denis mencionó que no pudo obtener una “prueba importante” porque no logró reunirse con la demandante, a pesar de varios intentos de contacto y de acceder a su queja, ya que ella se negó.
Si embargo, Andre Arsenault, abogado del demandante, criticó la investigación del Vaticano, llamándola “deficiente” y recalcó que “de ninguna manera es este un sistema de justicia independiente”.
Arsenault añadió que su cliente mantiene “todas estas acusaciones”, y que continuará persiguiendo al cardenal en un tribunal canadiense.