¿Declinar una candidatura a unos días de las elecciones en favor de un adversario político agrega legitimidad al beneficiario o solamente se ilustra la intensidad de los cierres de campaña?

Si hablamos de la declinación de Heberto Castillo por Cuauhtémoc Cárdenas, en 1988, con un inmenso impacto en la opinión pública, nos referiríamos a la nobleza y estrategia cuando la izquierda asumió la vanguardia nacional del proceso democrático.

Pero si hablamos de Adrián Chávez, el exportero del América —confieso mi sesgo; no le voy al 15 veces campeón— y ahora excandidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Xochimilco, quien anunció su declinación a favor de Gabriel del Monte, aspirante de la alianza PAN-PRI, en ese caso, hay más notoriedad que nobleza, de haber alguna.

El cambio de camiseta no sería nota sin la fama deportiva y sin las proyecciones demoscópicas: un 50 por ciento de preferencia electoral en la demarcación para la candidata de Morena-PT-Verde, Circe Camacho. Hay competencia. Cada milloncito bien invertido puede modificar aspectos del balance de poder, según la oposición a Clara Brugada, la muy probable sucesora de Martí Batres.

El aspirante de MC a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Salomón Chertorivski, con un compromiso donde la ética no es pecho ni bodega, revela el proceso de la compra-venta.

A decir del emecista, Santiago Taboada —el aspirante del PRI y el PAN a gobernar la capital nacional— habría ofrecido 15 millones de pesos a Chávez por el cambio de equipo. En un intento de “negociación”, el exjugador pidió a MC 10 millones “para quedarse” con ellos.

“Que se vayan los que están por dinero”, respondió Chertorivski en un video desde sus redes sociales. Los panistas encabezados por Taboada dieron la bienvenida al presuntamente costoso fichaje.

Sumarse a otro proyecto político puede ser resultado del convencimiento ante una mejor plataforma programática, diferencias sustanciales con los liderazgos partidistas o desilusión. También, simplemente, es una decisión motivada por dinero. El INE no se toca. Ni el INE a nadie.

Brugada, quien este miércoles cierra su campaña en el Zócalo junto con Claudia Sheinbaum, se beneficia de un conjunto de condiciones excepcionales: reunificación del obradorismo; buenos resultados en seguridad y en economía en CDMX; la convicción generalizada de que no existe nada especialmente mejor en el PRI y el PAN que aquello derrotado en 2018, y una propuesta unitaria para clases medias y populares con sensibilidad social.

El señalamiento de Chertorivski, desde otro punto de vista, exhibe a un partido ligado al esquema de corrupción inmobiliaria y, ahora, cercano a las prácticas de aquellos generales revolucionarios odiados por el PAN original de 1939, militares dispuestos a pagar “cañonazos de 50 mil pesos” de entonces para modificar la voluntad de los candidatos.

En la versión de Chertorivski, en 2024 se reactualizaron los cañonazos… de billetes.

 

    @guerrerochipres