Ochenta años después de la mayor invasión marítima de la historia, decenas de líderes mundiales, dignatarios y los pocos veteranos aún vivos se reúnen en las playas de Normandía, al norte de Francia, para conmemorar el día que marcó el principio del fin de la Alemania nazi.
El 6 de junio de 1944, una coalición de fuerzas aliadas comprendida por soldados estadounidenses, británicos, canadienses y de otras naciones del bloque, emprendió la Operación Overlord, desembarcando —en condiciones altamente adversas— más de 150 mil tropas en cinco tramos de la costa, ahora grabados en la historia como Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword.
Las ceremonias de este año no son sólo un homenaje sino también una muestra de las realidades geopolíticas actuales, reflejando tanto el peso de la historia como los ecos contemporáneos del conflicto, especialmente en Ucrania.
El presidente Joe Biden, junto con el presidente francés Emmanuel Macron y otros líderes como el canciller alemán Olaf Scholz, honrarán a quienes lucharon para crear el segundo frente que terminó por liberar a Europa y, en un sentido, a Alemania. Sin embargo, el trasfondo de la agresión rusa en Ucrania añade una urgencia inquietante a la defensa de los valores democráticos en el mundo.
La conmemoración, que se extiende a lo largo de tres días y tiene su pináculo el día 6, comenzó con homenajes a los caídos y al valor de los hoy viejos guerreros que una vez asaltaron estas playas. La presencia del presidente ucraniano Volodímir Zelenski y la exclusión de los delegados rusos este año, a diferencia de otros, han resaltado el impacto de las lecciones de la Segunda Guerra Mundial en la defensa colectiva y la lucha contra el expansionismo militar.
Más allá de los ecos históricos, el encuentro también es visto como un foro para reafirmar alianzas. Y es que esta dinámica se desarrolla mientras los líderes occidentales discuten el aumento de la ayuda a Kiev en medio de un conflicto que genera comparaciones inevitables con las hostilidades que una vez devastaron el continente.
Los mandatarios también honrarán a las víctimas civiles y de los movimientos de resistencia, y está previsto que Macron les rinda homenaje en varios sitios conmemorativos en Normandía.
Al concluir las ceremonias, estos líderes no sólo habrán rendido homenaje a la “generación más grande”, como se le conoce en Estados Unidos a los hombres y mujeres que vivieron la Gran Depresión y se enlistaron al esfuerzo militar, sino que también habrán reafirmado su compromiso con los principios por los que lucharon.