El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, se reunió ayer en Israel con el primer ministro Benjamin Netanyahu para impulsar un plan de tregua con Hamás en Gaza, apoyado por el Consejo de Seguridad de la ONU tras ocho meses de guerra.
Tras una primera etapa en Egipto y un encuentro con el presidente Abdel Fatah al Sisi, Blinken llegó al aeropuerto de Tel Aviv desde donde se dirigió a Jerusalén. La reunión con Netanyahu en esta ciudad duró cerca de dos horas.
Blinken subrayó al mandatario israelí que “la propuesta en la mesa abriría el camino a la calma a lo largo de la frontera norte de Israel” con Líbano y a “una integración más profunda” de Israel “con los países de la región”, según el Departamento de Estado.
En El Cairo, Blinken instó a los países de Oriente Medio a “presionar a Hamás” para que acepte un alto el fuego.
La visita de Blinken se produce un día después de que el miembro del gabinete de guerra israelí Benny Gantz, un político de centro rival de Netanyahu, dimitiese del gobierno, tras haber exigido, sin éxito, la adopción de un “plan de acción” para la posguerra en Gaza.
Se trata de la octava visita del secretario de Estado a la región desde el inicio el 7 de octubre de la guerra entre Hamás e Israel.
A pesar de los esfuerzos, los mediadores en el conflicto, Estados Unidos, Egipto y Catar, no han logrado negociar una nueva tregua desde el alto el fuego de una semana en noviembre, que permitió la liberación de rehenes a cambio de presos palestinos detenidos en cárceles israelíes.
El plan de Biden contempla en una primera fase un alto el fuego “inmediato y completo”, el canje de rehenes por presos palestinos; la retirada del ejército israelí de las zonas pobladas de Gaza y el ingreso de ayuda humanitaria.
Con todo, no está claro que estos esfuerzos por la paz vayan a prosperar, dadas las divisiones abiertas en el gabinete de Netanyahu.