Si bien es cierto que el doctor Juan Ramón de la Fuente tuvo una destacada labor como embajador de México ante las Naciones Unidas, en Nueva York, durante el sexenio obradorista, y que a lo largo de su carrera dentro de la administración pública ha tenido varios highlights que lo han bañado de prestigio, la realidad es que su próxima encomienda como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se antoja muy compleja, pues hay varios retos que deberá afrontar apenas tome posesión de dicho despacho.
Conversando con un conocedor en temas de política exterior, el embajador en retiro Agustín Gutiérrez Canet, nos elaboró un rápido diagnóstico sobre los temas que De la Fuente Ramírez deberá atender:
1) Urge coherencia en la política exterior de México, porque durante el sexenio obradorista sistemáticamente se le ha faltado al respeto a los principios de política exterior. Por un lado, el presidente López Obrador se ha colgado del principio de “no intervención” y, al mismo tiempo, se ha inmiscuido sin pudor alguno en los asuntos de otros países.
También tiene que “desideologizar” el vínculo de México con el resto de las naciones de América Latina, porque nuestra relación con este hemisferio ha estado permeada bajo la perspectiva de una supuesta izquierda que no beneficia en nada a la diversidad de regímenes que tenemos en esta zona.
Hemos caído en conflictos por condonar las violaciones a los derechos humanos (en El Salvador, Cuba, Venezuela y, sobre todo, en Nicaragua) y al mismo tiempo exigimos que se respeten los derechos humanos de los mexicanos en Estados Unidos. Se trata de una incoherencia basada en una doble moral.
2) Debemos resetear nuestra relación con EU, sobre todo en temas torales: migración, seguridad, narcotráfico, comercio, etcétera. Tenemos pendiente la revisión (no la renegociación) del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, pues por dificultades en los apartados de energía e industria automotriz esta sinergia se encuentra atascada.
Asimismo, más allá de quien gane la próxima elección en nuestro vecino del norte, hay que transitar por un camino distinto al utilizado por el excanciller Marcelo Ebrard, quien malentendió el concepto de “negociar es ceder” al aceptar burlas, humillaciones y amenazas de imposición de aranceles.
3) Hay que reactivar las negociaciones del tratado de libre comercio y de cooperación con la Unión Europea, ya que durante este sexenio quedó en un impasse debido a un problema de índole energético. Recuperar el terreno perdido al otro lado del Atlántico debe ser prioridad para México, pues nos ayudaría a diversificar nuestra relación con el mundo.
López Obrador se olvidó por completo del peso y la importancia que tiene la UE tanto en lo económico como en la política mundial.
4) Finalmente, el doctor De la Fuente tiene que dejarse asesorar y aconsejar por miembros distinguidos del servicio exterior mexicano, puesto que han sido desplazados en la cancillería desde los días de Marcelo Ebrard.
Nuestras embajadas y consulados tienen que volver a ser posiciones estratégicas para impulsar nuestro crecimiento en el ámbito internacional y dejar de ser utilizadas como botín político o premios de consolación.
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