Luis Humberto Crosthwaite (LHC) nació en Tijuana y reside allá desde que sus lectores no tenían siquiera memoria. Sin embargo, a propósito de la publicación de su nuevo
, El Último Show del Elegante Joan, visitó la Ciudad de México durante unos días para convivir con sus lectores y pasarse por la redacción de 24 HORAS para desdibujar los contornos de su literatura y regalar una exclusiva qu alegrará a sus adeptos.
Este nuevo título significó volver a las mesas de novedades tras 14 años sin aparecer en ellas, es decir estar fuera del radar de los lectores obsesivos, de los agentes literarios, de todo ese folclore. Pero LHC es un escritor que no sigue exigencias, no busca materializar el deseo de las corporaciones. Es un escritor que escribe.
“El monstruo puede exigir todo lo que quiera, pero uno va a escribir y a publicar a su tiempo. Ciertamente, hay escritores que son muy buenos para hacerlo cada año. Yo no soy uno de ellos”, dice entre risas. “Pienso sobre todo en el lector y no voy a estar publicando nada más por publicar”.
Tras platicar sobre aquellos que escriben para los lectores y otros que lo hacen para los mismos escritores (donde apunta que se trata de un sinsentido pues “los mismos escritores no leen lo que se publica”), dice que para él el lector está primero.
“¿Qué pensará un lector o una lectora con esto que acabo de escribir? ¿Qué impresión le causará? Esto pasa por mi cabeza constantemente durante la construcción del relato”, confiesa LHC.
En palabras de Andrés Ramírez, editor de este libro de LHC, los once relatos que componen El Último Show del Elegante Joan son una especie de talleres en sí mismos. El también autor de Idos de la Mente, piensa que esa percepción puede ser la consecuencia de 40 y tantos años de ser escritor. Pero aclara que él busca contar historias y no más, siendo entonces la lucidez y la maestría una consecuencia natural de tantos años de oficio.
“Tiendo a comparar el cuento más con un poema que con la novela: creo que el poema requiere la exactitud de palabras que también requiere el cuento”, señala LHC. Dado lo que significa la poesía en su formación, así como también el humor, este libro podría ser descrito como un homenaje a esas pasiones. La materialización que trajo el tiempo.
Aunque confiesa que los libros que le acompañan cerca durante su escritura no son siempre consultados, pero sí los pone junto a su escritorio. Piensa que de alguna manera lo vigilan y le piden “que ponga atención” con lo que está escribiendo.
Por supuesto, entre esos infaltables, se encuentra José Agustín, de quien se dice alumno graduado si es que el autor hubiera fundado una escuela. Asimismo, se suma al “reverendísimo” Juan Rulfo y los casi nunca nombrados Donald Barthelme y Richard Brautigan.
Finalmente, consumido por la curiosidad, tras el dibujo que LHC hizo sobre su cuento en el que se viste mesuradamente de Anton Chéjov, hubo que preguntar “¿en qué andaba?”. Respondió, a manera de exclusiva, que El Último Show del Elegante Joan forma parte de lo que ve como una trilogía dentro de la corriente de la metatextualidad. “Estoy preparando una novelita y otro libro de cuentos”, finalizó.
Su último libro ya se encuentra a la venta en muchas de las librerías del país y espera ser leído por todos pronto.