La policía de Kenia anunció ayer haber recuperado por el momento los cuerpos mutilados y desmembrados de ocho mujeres en un vertedero en el sur de Nairobi, y prometió llevar a cabo una investigación “transparente”.
Las víctimas, de entre 18 y 30 años, fueron encontradas en varios estados de descomposición, metidas en bolsas de plástico.
Los cuerpos fueron sacados de un mar de basura flotante en una cantera abandonada en Mukuru, un barrio pobre de la capital de Kenia. Se están barajando posibles conexiones, incluidas sectas, asesinos en serie y médicos deshonestos.
Este incidente ocurre en un contexto de otros recientes y horribles descubrimientos en Kenia.
El año pasado se encontraron fosas comunes que contenían más de 400 cuerpos de seguidores de una secta apocalíptica en un bosque cerca de la costa del océano Índico.
Hace una semana, el autoproclamado pastor Paul Nthenge Mackenzie fue juzgado junto a 94 coacusados por cargos de terrorismo, asesinato, homicidio involuntario y crueldad infantil en relación con la llamada “masacre del bosque de Shakahola”.