Próxima a cumplir tres meses desde que comenzó las labores formales en su asociación civil bajo el nombre Respeto 360, la exatleta olímpica Azul Almazán combina hoy su pasión por el deporte de los clavados y su labor social, para combatir el acoso y la violencia en el deporte nacional, con el fin de finiquitar estas prácticas además de darle apoyo y seguimiento a las víctimas.
Años después de haber denunciado abusos sufridos por parte de su entrenador y que incluso pusieron en riesgo su vida, la exdeportista hoy dice haber sanado esos episodios de su vida y se concentra en ayudar con su experiencia a toda víctima o interesado en atacar esta problemática en el deporte. Almazán presentó una denuncia contra Francisco Rueda en 2018 por conductas de acoso cuando ella era menor de edad.
“Lo importante es que el paso ya está dado y entre las labores inmediatas, tenemos que crear vínculos con personas que ya tienen recorrido en este tipo de situaciones y que nos ayuden a tener un acompañamiento más efectivo”, aseguró la ex deportista.
Al recibir actualmente casos relacionados con el deporte, sin considerar si es alto rendimiento o no, Azul apunta a un eslabón como lo es la comunicación, como el punto de quiebre en el que se comienzan a presentar este tipo de violencias.
“Afortunadamente yo veo una luz al final de esto. Hay una solución a este tipo de problemas y yo considero que no es algo irreparable, pero sí hay que ir cambiando la voluntad de las personas.
Enfocados por el momento en dar pláticas a grupos reducidos como lo son empresas o escuelas que quieran conocer de ello, Almazán también busca ampliar su gama de ayuda con un proyecto junto a otros atletas ex olímpicos para hablar de temas relacionados con la salud mental en el deporte y que el público conozca lo que menos se sabe del atleta de alto rendimiento.