El viernes pasado, el padre de la polémica actriz Linsay Lohan se presentó, junto con unos amigos, en la casa de su hija para, supuestamente, “rescatarla” de la vida que lleva y tratarla de ingresar a un centro de rehabilitación para que las drogas y el alcohol salgan de su entorno.

 

Lo que consiguió fue un gran escándalo, en el que la policía tuvo que intervenir ya que no sólo invadió el espacio de su hija sino que se encontró con su novio (se desconoce el nombre) que, a toda costa, la protegió, llamó a las autoridades y le pidió que se retirara y Lindsay inició la petición de restricción para que su padre no tenga acceso a ella.

 

Algo que consternó a la familia pues incluso Dina, la madre de Lindsay, declaró que lo único que busca su ex esposo es utilizar a su hija para tener vida pública pues sin ella, él no vale nada.

 

Ahora, TMZ dio a conocer correos del 23 de septiembre al 18 de octubre sostenidos entre el padre de Lindsay, su manager, Evan Hainey, y el abogado Shawn Holley, en el que se comunican el estado de la actriz y su dependencia al alcohol y al Adderall, pastillas para dormir, durante las filmaciones.

 

Ahí, Michael Lohan se pone de acuerdo con ellos para trasladarse a Los Ángeles e intervenir en el tema, “para poner fin a esta locura” a lo que recibe un comunicado, el 15 de octubre, de Evan en el que le informa “estoy escuchando las mismas cosas, se debe planificar la intervención esta semana”.

 

Un día antes del escándalo, el 18 de octubre, Michael notifica está ya en Los Ángeles y se pone de acuerdo con el manager para planificar la acción que llevarían a cabo.

 

Si todo esto es cierto y Lindsay Lohan está en problemas de acción, por supuesto las autoridades atenderán el caso pues tienen un expediente restrictivo y abierto a la actriz pero eso no es lo importante.