Desde el alza en ratings hasta el ayudar a un museo local, el evento ha logrado trascender la categoría deportiva
Foto: Especial | Desde el alza en ratings hasta el ayudar a un museo local, el evento ha logrado trascender la categoría deportiva  

La temporada de los Juegos Olímpicos 2024 en París dejará un legado más allá de los deportes que congregaron a un sinfín de figuras de la moda y el espectáculo, además de romper récords y no olímpicos.

“En Francia, las audiencias alcanzan récords, en Estados Unidos, estos Juegos son de los más exitosos de la época reciente. En China, Japón, en el resto de Europa, es extraordinario”, se alegró Yiannis Exarchos, el director de OBS, que no dio sin embargo cifras exactas.

Interrogado sobre la ceremonia de apertura y sus dificultades de realización, Exarchos desestimó las críticas.

El domingo, el director artístico de la ceremonia, Thomas Jolly, había considerado que el realizador británico Simon Staffurth “descuidó muchos momentos”.

Esta ceremonia fue, según el director, la cobertura en directo “más importante y más compleja” que la sociedad de producción haya realizado jamás, con más de 110 cámaras desplegadas y cinco barcos construidos para la ocasión y equipados con cámaras robotizadas.

Por otro lado, los vestidos de las estrellas en la ceremonia de apertura están expuestos en la Galería Dior, hasta el 30 de septiembre, informó una portavoz de la casa de moda.

Para interpretar el Himno al Amor de Édith Piaf, Céline Dion llevaba un vestido de georgette de seda blanca, con cuello alto, mangas largas, flecos y cola, recubierto de lentejuelas y perlas finas.

Otros artistas destacados de la ceremonia también lucieron trajes diseñados por la  prestigiosa casa francesa, marca de LVMH, socio “premium” de los Juegos Olímpicos. Aya Nakamura, con un mini vestido de plumas doradas de escote asimétrico, interpretó un popurrí de sus canciones y composiciones de Charles Aznavour.

Lady Gaga, por su parte, entonó Mon Truc en Plumes, en un corsé de satén negro, sobre el cual llevaba una chaqueta corta y una larga falda de plumas negras y rosas.

Finalmente, la polémica de la misma ceremonia, ha ayudado al museo Magnin de Dijon, en el cual se exhibe el cuadro Banquete de los Dioses, en el que supuestamente se inspiró la  escandalosa representación de las drag queens.

Nuestro sitio web se disparó. Pasamos de unos 150 visitantes a 150 mil de un día para el otro”, explicó la responsable de comunicación del recinto, quien admite que aún no se puede cuantificar el impacto físico.

Desde 1938, el museo tiene colgado entre sus muros El Festín de los Dioses, obra del siglo XVII del pintor barroco neerlandés Jan Hermansz van Bijlert y que algunos en las redes  sociales asocian con la escena polémica de la ceremonia inaugural.

Esta mostró al actor y cantante francés Philippe Katerine casi desnudo, disfrazado del dios griego del vino Dioniso, ante un banquete festivo, acompañado de drag queens y con la DJ Barbara Butch como maestra de ceremonias.

“El museo no está detrás de la comparación” en las redes sociales, aseguró la entrevistada, y dijo que se trata de una “obra de inspiración mitológica, de un festín que tiene lugar en el Olimpo”.

Ao, la tarde de ayer, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, instó al papa Francisco a través de un comunicado, a que se pronuncie en contra de la “propaganda perversa” difundida, según él, durante la ceremonia de inauguración.