El popular y cotizado grafitero Banksy transformó el domingo una cabina policial de Londres en un verdadero acuario con peces que parecen pirañas, completando una semana con motivos animales diarios en las calles de la capital británica.
El misterioso artista reivindicó cada una de estas obras en su cuenta de Instagram, lo que provocó numerosas conjeturas acerca de su significado y una carrera por ver quién sería el primero en encontrar la siguiente obra desperdigada en la capital inglesa.
Un medio local presenció cómo los agentes policiacos tomaban fotos de la obra y uno de ellos explicó que estaban esperando saber qué hacer con ella.
Este frenesí animal comenzó el lunes con la aparición de una cabra en lo alto de un pilar saliente de una fachada en el barrio de Richmond, en el oeste de Londres.
Sobre esta obra, se presumió que se había capturado in fraganti al anónimo artista, pues en un video perteneciente a la empresa dueña de la fachada, se admira que dos sujetos vestidos como trabajadores, usan un vehículo de trabajo para subir al lugar donde estaba la obra.
El martes fueron dos elefantes que asomaban las cabezas a través de dos ventanas tapiadas en una fachada en el barrio de Chelsea.
Al día siguiente aparecieron tres monos balanceándose desde un puente ferroviario en Shoreditch, en el este.
El jueves un lobo aullando en una antena parabólica sobre una tienda en Peckham y el viernes pelícanos comiendo peces encima de un puesto de “fish and chips” en Walthamstow.
El sábado fue un gato estirándose en una valla publicitaria vacía en el noroeste de la capital.
La antena con el lobo fue rápidamente sustraída por tres hombres enmascarados y la valla con el gato fue retirada entre abucheos de la gente.
La policía indicó que había pedido que la quitasen, ante la multitud de tráfico acumulada en la zona.
La aparición diaria de estos animales suscitó numerosas especulaciones acerca de su significado y las preguntas giran sobre si Banksy está enviando un mensaje acerca de los disturbios de extrema derecha que sacuden Reino Unido, el conflicto de Gaza, la crisis climática o incluso los Juegos Olímpicos.
Para el periódico dominical, The Observer, el objetivo es más prosaico: sorprender y divertir, levantar el ánimo de la gente en momentos de actualidades sombrías.