En los nueve párrafos de la carta que se le atribuye al narcotraficante sinaloense Ismael Mario Zambada, mejor conocido como El Mayo, la cual fue dada a conocer por su abogado defensor, Frank Pérez, después de que éste la hizo llegar a la dirección de Los Angeles Times, en ninguna de sus líneas se hace mención ni alusión al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, para el mandatario mexicano, tanto la publicación de esta misiva como la captura, detención, rendición o entrega de este sanguinario delincuente son parte de una campaña negra orquestada en su contra por el perverso bloque conservador cuyo único objetivo es descarrilar su proyecto de la Cuarta Transformación.
En pocas palabras, para el tabasqueño sus adversarios son capaces de cualquier bajeza con tal de reavivar el hashtag #NarcoPresidente.
Por eso, la maquinaria oficialista-morenista ya echó a andar su pesado engranaje para lavarle la cara al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, éste sí mencionado en la misiva de El Mayo Zambada y quien está metido hasta las manitas en este asunto y también en la ejecución de Héctor Melesio Cuén Ojeda, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y también diputado federal electo: coincidentemente, el homicidio de Cuén Ojeda y la detención de El Mayo Zambada (junto a uno de los hijos de Joaquín Guzmán López, El Chapo) ocurrió el 25 de julio, fecha en la que supuestamente se reunirían Rocha Moya y Cuén Ojeda para limar asperezas.
Pero el encuentro ya no tuvo lugar por dos razones: el exrector de la UAS fue asesinado y el gobernador sinaloense viajó desde temprano a Los Ángeles, California en un jet privado (¿auseridad republicana?, sí, ¡cómo no!) a pasar unas vacaciones junto a su familia, las cuales se vieron interrumpidas abruptamente por los hechos que ya todos conocemos, por lo que Rocha Moya tuvo que regresar a Sinaloa al día siguiente.
No nos hagamos tontos, en política no existen las coincidencias.
Sin embargo, el bloque de gobernadores morenistas, junto al presidente López Obrador, ya salieron todos juntos en bola para darle su respaldo y bendita absolución a Rocha Moya por todas las mentiras y la injusta estigmatización de la que está siendo objeto.
Y tienen razón. No se vale que un maloso delincuente manche la reputación, prestigio y calidad moral de un distinguido soldado de la cuatroté. Ni que se tratara del perverso Genaro García Luna, a quien por cierto lo hundieron con testimonios (ni una sola prueba) de criminales que decidieron apegarse al programa de testigos protegidos para salvar el pellejo.
A esos pillos los morenistas sí les creyeron y les aplaudieron, pero cuando estos mismos criminales mencionaron a uno de los suyos de inmediato pegaron el grito al cielo. ¿Cómo se atreve don “Mayo” Zambada siquiera mencionar al inmaculado Rubén Rocha Moya si no somos iguales a los prianistas? ¡La hipocresía y la doble moral en su máxima expresión!
Pero eso sí, la invisible Fiscalía General de la República (FGR) ya abrió una carpeta de investigación por secuestro y traición a la patria (entre otros delitos) contra quien resulte responsable por llevarse ilegalmente de México a El Mayo Zambada.
Es en serio, no se rían…
Mientras tanto, a Rocha Moya le salió a pedir de boca haberse ido a esconder bajo las enaguas presidenciales.
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