X, anteriormente conocida como Twitter, redefinió la comunicación en la era digital. Fundada en 2006 por Jack Dorsey, la plataforma se consolidó rápidamente como un espacio privilegiado para la difusión de mensajes breves y concisos, limitados inicialmente a 140 caracteres, aunque esta cifra se extendió posteriormente a 280. Con más de 250 millones de usuarios activos a nivel mundial, según sus propias métricas, X se erige hoy como un foro donde políticos, celebridades y ciudadanos comunes comparten pensamientos y noticias en tiempo real.
La relevancia de X, cuyo propietario actual es el magnate sudafricano Elon Musk, radica en su capacidad para conectar a millones de personas de manera instantánea. Para los líderes políticos, se convirtió en un canal esencial de comunicación directa con sus seguidores y la ciudadanía en general. A diferencia de los medios tradicionales, donde los mensajes suelen ser filtrados y editados, la plataforma permite a algunos políticos compartir sus opiniones y políticas sin intermediarios.
El impacto político de la red es indiscutible. Desde la campaña presidencial de Barack Obama en 2008, la plataforma se utiliza estratégicamente para movilizar votantes, influir en la opinión pública y, en muchos casos, definir la narrativa. En aquella campaña, Obama alcanzó 115 mil seguidores en la entonces Twitter, en un contexto donde el acceso a estas plataformas estaba mayormente limitado a computadoras, lejos de la omnipresencia en dispositivos móviles que conocemos hoy.
Entre los líderes con mayor influencia en el medio social, destaca Narendra Modi, Primer Ministro de India, con cerca de 157.5 millones de seguidores en sus cuentas personal e institucional. Le sigue el Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, con 74.3 millones de seguidores combinados. El Papa Francisco ocupa el tercer lugar, con un total de 52.6 millones de seguidores en sus nueve cuentas en distintos idiomas, reflejando la presencia significativa del líder religioso en el ámbito digital. Completan el top cinco el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan y la presidenta india Droupadi Murmu, con 25.6 y 25.5 millones de seguidores, respectivamente.
Para estos líderes, un alto número de seguidores en X no solo es un indicativo de popularidad, sino también una herramienta estratégica. Una vasta audiencia permite amplificar sus mensajes y garantizar que sus políticas y opiniones lleguen a un público amplio.
En América Latina, los líderes más seguidos son el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, con 11 y 9 millones de seguidores, respectivamente. Un caso particular es el de Nayib Bukele, presidente de El Salvador, con 6.4 millones de seguidores en un país con un número similar de habitantes. Bukele emplea la plataforma para proyectar una imagen de eficiencia, aunque no sin críticas que señalan su uso de la plataforma como una herramienta para construir un discurso favorable.
X se afianzó como una herramienta imprescindible para la comunicación política en el siglo XXI. Los líderes que dominan esta plataforma cuentan con una ventaja significativa en la conformación de la opinión pública y en la promoción de sus políticas. En un mundo cada vez más interconectado, la capacidad de un líder para influir en las masas a través de las redes sociales puede ser tan crucial como sus acciones en la vida real.