Mientras se aproxima la final del popular certamen Miss Universe México que se celebrará este 7 de septiembre desde Cancún, Quintana. Roo, sus candidatas comparten más que sus aspiraciones a la corona, revelan historias de resiliencia, pasión por la cultura mexicana y autoaceptación que resuenan con fuerza en el espíritu de sus comunidades y familias.
Desde la profundidad de sus raíces mexicanas hasta las más aclamadas pasarelas internacionales, cada una de sus voces aporta un mosaico de experiencias que definen y redefinen la belleza mexicana moderna.
Un grupo de participantes tuvieron un acercamiento con la prensa de la CDMX donde la representantes de San Luis Potosí, Karen Bustos, habló de una transformación que va más allá de la superficie.
“México es un tesoro de cultura y tradiciones, y como Miss Universe México, deseo mostrar la verdadera esencia de nuestro país, más allá de los clichés, dejarle claro al mundo que no solo somos tacos y novelas… somos cultura, tradición y pasión”.
De ser ganadora, planea usar su título para destacar la historia y las tradiciones mexicanas en la esfera internacional, desmintiendo estereotipos y concepciones erróneas de nuestro país.
Al igual que Karen, la Miss Chiapas, Constanza Morris, utiliza su plataforma para abordar asuntos de justicia social. Consciente de los graves problemas de violencia hacia las mujeres que enfrenta el país, especialmente los feminicidios en su estado, por ello está dedicada a usar su visibilidad para abogar y promover cambios legislativos y sociales que protejan a las mujeres de todo el territorio nacional.
Esta dedicación al cambio social se refleja también en Aranza Molina, Miss Tabasco, quien enfrenta con valentía los desafíos de la discriminación, celebrando su piel morena como un símbolo de orgullo y diversidad que enriquece al país. Ella es una voz poderosa en la lucha contra los prejuicios fenotípicos comunes.
En un mundo que a menudo se fija sólo en lo superficial, estas candidatas utilizan su plataforma para algo más profundo: una oportunidad para reinventar el significado de una reina de belleza en el Siglo XXI.
Concentradas en ser catalizadoras de cambio, representando lo mejor de México en cada palabra y acción. Este certamen, más que una competencia, se convierte en un espacio donde las mujeres pueden mostrar la verdadera esencia del liderazgo, la resiliencia, la cultura y el compromiso social.