Cuando estamos en pleno siglo XXI hay ciertas situaciones que ya no caben. No caben las autarquías corruptas del siglo pasado cuando buscamos sociedades igualitarias y equitativas. Quien vio esto con claridad fue el antiguo primer ministro británico Tony Blair, cuando creó la famosa “tercera vía”. Se trataba de una filosofía política que se basada en el derecho a la igualdad del conjunto de la sociedad.
Desde luego lo que tampoco cabe es el nacionalismo rancio y lo dice la propia experiencia histórica. El nacionalismo mal entendido fue el mal del siglo
XX, empezando por las dos grandes guerras que dejaron millones de muertos.
En la actualidad nos movemos en un mundo de bloques. El planeta ha dejado de ser proteccionista, podía serlo en los años sesenta y setenta del siglo pasado, pero eso es algo que ya no volverá. El desarrollo de la alta tecnología y el mundo de la red revolucionó la manera de entender los nuevos modelos sociales. Con ello terminó el proteccionismo y empezamos a vivir en la aldea de todos.
Cuando aparecen personajes rancios como el antiguo presidente catalán y prófugo de la justicia Carles Puigdemont, es una vuelta a lo absurdo. La separación de Cataluña con respecto de España sería una ruina y los pocos independentistas lo saben o deberían saberlo. Pero es lo que le pasa a la ignorancia separatista, que no ve más allá de sus narices.
Al nacionalismo hay que temerle tanto o más que a la dictadura. Son tiempos de cambio, tiempos de enterrar lo que ya no sirve y el nacionalismo desde luego es algo que ya no tiene ningún sentido.
@pelaez_alberto