La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ahora candidata presidencial del Partido Demócrata, enfrentó intensas preguntas sobre sus cambios políticos en una esperada entrevista con CNN. Sentada junto a su compañero de fórmula, Tim Walz, Harris abordó por primera vez cómo su visión se diferencia de la del presidente Joe Biden desde que él decidió no postularse para la reelección y la respaldó públicamente.
Durante los 39 días desde que Biden anunció su retirada, la candidata había evitado responder directamente a los medios, limitándose a discursos y eventos controlados. La entrevista marcó un cambio necesario en su estrategia, ante la creciente presión de periodistas y rivales políticos.
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La lideresa demócrata subrayó que, aunque sus valores fundamentales permanecen intactos, su experiencia como vicepresidenta moldeó su perspectiva sobre varios temas. “Creo que es importante crear consenso y encontrar un lugar común”, dijo, sugiriendo que las realidades políticas influyeron en su evolución.
Sin embargo, la candidata se vio obligada a recalibrar sus posturas, un esfuerzo visible durante la entrevista. Al preguntársele sobre su cambio de posición respecto al fracking, Harris explicó que su experiencia en la administración Biden la llevó a reconsiderar su postura inicial de prohibir esta práctica. “Podemos lograr nuestros objetivos climáticos sin prohibir el fracking”, afirmó Harris, mencionando que su voto decisivo como vicepresidenta aumentó los contratos de arrendamiento para esa práctica.
A pesar de sus intentos de justificar sus cambios de postura, Harris pareció incómoda en varios momentos, especialmente cuando se le presionó sobre la despenalización de los cruces fronterizos ilegales. Evitó una respuesta directa, destacando en su lugar su experiencia en la lucha contra el crimen como fiscal general de California.
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La entrevista también ofreció un breve vistazo a las controversias que rodean a Tim Walz, quien se mantuvo en silencio durante gran parte de la conversación. Al abordarse su pasado militar, Walz minimizó la polémica sobre su referencia a un arma similar a la utilizada “en la guerra”, a pesar de no haber visto combate, atribuyendo el malentendido a una “tontería republicana”.
Con una duración de apenas 30 minutos, la entrevista dejó muchas preguntas sin responder para gran parte de los espectadores que opinaron en redes sociales, tanto sobre los temas más delicados como sobre aspectos más personales de los candidatos. Sin embargo, marcó un primer intento de la primera mujer afroasiática en la vicepresidencia por enfrentar a la prensa de manera directa, en un contexto en el que las expectativas y las presiones continúan aumentando.
MSA