BERLÍN. Uno de cada cinco alemanes vive en condiciones de pobreza o está al borde de la marginalidad social, según datos difundidos por la oficina federal de Estadística (DESTATIS).

 

De acuerdo con esta oficina, aproximadamente un 20% de la población alemana no está en condiciones de pagar el alquiler ni otras cuentas, no puede permitirse al menos una comida completa cada dos días o irse de vacaciones.

 

Esta situación afecta a unos 16 millones de personas, es decir, aproximadamente una quinta parte de la población, y para establecer este cálculo se han tomado indicadores como el nivel de ingresos, el patrimonio y la propia percepción de los afectados.

 

El departamento de Estadística, con sede en Wiesbaden, establece el nivel de ingresos por debajo de los cuales se está amenazado de vivir en la pobreza o al borde de la marginalidad en 952 euros mensuales.

 

Los datos del citado departamento siguen a un reciente informe, elaborado por encargo del ministerio de Trabajo, que revelaba la creciente brecha social en Alemania.

 

De acuerdo con ese estudio, los alemanes ricos duplicaron su patrimonio en las últimas dos décadas y actualmente un 10% de la población acumula más de la mitad del total de bienes patrimoniales del país -en 1998 el porcentaje se situaba en el 45%-.

 

Paralelamente a ese progresivo enriquecimiento de la clase adinerada se alertaba de un incremento de la precariedad laboral y la pobreza.

 

Unos siete millones de alemanes trabajan en régimen de miniempleo y un 40% de los trabajadores que lo hacen a jornada completa ha visto reducido su poder adquisitivo, a raíz de la llamada “progresión fría”, que hace que un aumento salarial termine engullido por la inflación, sumada a un cambio de tarifa fiscal.

 

Por lo pronto el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se mostró a favor de conceder a Grecia el tiempo preciso para que pueda acometer íntegramente el plan de ajustes y reformas que se le impuso a cambio de los rescates.

 

El titular alemán de Finanzas argumentó en este sentido que “cuesta tiempo” reestructurar una administración pública para hacerla eficiente y “compatible” con la Unión Monetaria y Económica (UME) y la Unión Europea (UE).

 

Schäuble esgrimió asimismo su pragmatismo e indicó que en el asunto heleno, al decidir sobre su permanencia en la UME, se deben “sopesar las ventajas y desventajas”, consideró que “se puede conseguir” que Atenas se mantenga en la zona euro y cumpla con el programa.

 

“Cualquier otra cosa dañaría la confianza en Europa en su conjunto”, agregó el ministro alemán de Finanzas.EFE