El indígena mexicano Hugo Sánchez Ramírez recuperó anoche, día de su cumpleaños, su libertad tras pasar cinco años en el penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez, Estado de México, acusado de tenencia ilícita de armas y de un secuestro que jamás cometió, informaron fuentes cercanas al caso.
Las autoridades judiciales ordenaron la liberación de Sánchez Ramírez después de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) señalara el 18 de octubre pasado que el reo había sido víctima de violaciones a su derecho a un debido proceso.
“Hugo es joven e indígena, esos son los motivos por los que es atacado por el sistema de justicia (mexicano)”, dijo Quetzalcóatl Fontanot, portavoz del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh).
El caso se remonta a 2007, cuando Sánchez Ramírez, un indígena mazahua que era conductor de taxi, fue “detenido arbitrariamente” por policías del Estado de México que “le sembraron unas armas”, recordó.
“Ese arresto arbitrario fue certificado por el Grupo de Trabajo en Detenciones Arbitrarias de la ONU”, apuntó Fontanot.
Sánchez Ramírez fue “retenido ilegalmente durante varias horas” y “fotografiado con cartulinas incriminantes” por parte de los policías, que justificaron su arresto diciendo que la actitud del joven indígena era “sospechosa”.
Tras el arresto, “le fabrican un cargo de secuestro” y Sánchez Ramírez fue condenado a 37 años de prisión.
“Es un caso muy relevante porque nos habla de la manera en que funciona el sistema de justicia en México”, dijo Fontanot.
Para el activista, el actual “sistema de justicia” mexicano “criminaliza a personas en situación de vulnerabilidad, jóvenes, indígenas”.
En enero pasado, el Prodh y la organización Todos los derechos para todos elaboraron sendos informes que presentaron al Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas (Comité CERD) donde examinaban varios casos, entre ellos el del indígena mazahua recién excarcelado.
El Centro Prodh ofrecerá hoy una rueda de prensa con los primeros testimonios de Sánchez Ramírez tras abandonar la cárcel de Almoloya de Juárez, en el central Estado de México.