Nada parecía, hasta la noche de ayer, evitar que la iniciativa de reforma al Poder Judicial se aprobará tal y como la envió López Obrador al Congreso, sin cambiar una coma y sin incluir las observaciones que se hicieron durante la farsa que resultaron ser los “foros de discusión’’ sobre el tema.

 

Los morenistas cumplieron lo que dijo en su momento Ignacio Mier, que dichos foros eran “para escuchar’’, no para “modificar’’.

 

Así que, pese a la reiteración de los riesgos que expusieron la oposición, las escuelas y facultades de derecho, organizaciones civiles, organismos empresariales, los integrantes del propio Poder Judicial, nada impedirá que a partir del 2025 el PJ esté compuesto por jueces y magistrados elegidos, sorteados o rifados, por los morenistas.

 

Ni siquiera la promesa de analizar el cambio de manera gradual se va a cumplir; Morena tiene prisa por complacer a López Obrador, por regalarle una reforma que pueda presumir el 15 de septiembre, sin que importen las opiniones informadas de expertos en la materia.

 

Pocos en el país están en contra de una reforma al Poder Judicial; por supuesto que es necesaria y urgente, pero no en los términos que plantea Morena, mucho menos en los plazos que se acortarán facciosamente.

 

Si el peligro para el país radica en el método de selección y su porosidad para que participe cualquier enviado de la delincuencia organizada, el truco estará en los requisitos que impondrá el partido presidencial para que todos aquellos con ínfulas de juez puedan participar.

 

Ya ve cómo nos fue en la Corte con ya saben quién.

****

Pues clarito lo dijo ayer el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar: si la reforma al Poder Judicial “no se hace bien, puede traer mucho daño a la relación (bilateral)’’.

 

El representante estadounidense, al que tiene congelado López Obrador, según los dichos del tabasqueño, no se anduvo por las ramas al precisar que no se trataba de una declaración personal, sino que expresaba “todas las preocupaciones’’ que le habían hecho llegar gente que “quiere el bien de México’’.

 

En realidad es un mensaje del gobierno de Biden, que ya tendrá en la agenda un tema para lo que resta de la campaña por la presidencia de EU, en noviembre próximo.

 

A ver que dice hoy López Obrador por esta declaración “injerencista’’, como dice.

 

¿O será otra bromita como la de tener un sistema de salud mejor que el de Dinamarca?

****

Mientras son peras o manzanas, la Secretaría de Hacienda tendrá que presentar, el 8 de septiembre próximo, el paquete económico para el próximo año, es decir, el presupuesto de egresos, la ley de ingresos y la miscelánea fiscal.

 

El tema es altamente relevante pues ahí se podrá ver cuáles son las prioridades del gobierno que entrará en funciones el primer día de octubre.

 

¿Será el tema de seguridad, la educación o la salud?

 

¿Qué pasará con el presupuesto para los organismos autónomos, si es que para esa fecha no han desaparecido? ¿Cuánto dinero destinará la presidenta para rescatar ese barril sin fondo llamado Pemex? ¿Cuánto para la CFE?

 

Si bien es cierto los programas sociales son prioritarios para Morena, por el clientelismo que les ha generado, también es cierto que para mantenerlos deberá haber recortes en otras áreas, toda vez que desde hace meses se anunció un recorte de casi 700 mil millones de pesos para el presupuesto del próximo año así como una reducción del déficit fiscal para llegar al 3%, de un 5% actual.

 

¿Qué malabares hará Rogelio Ramírez de la O para cuadrar los recursos con las necesidades?

 

     @adriantrejo