China y Rusia han intensificado su cooperación militar a través de una serie de ejercicios conjuntos a gran escala en el Mar de Japón y otras regiones. Estas maniobras, que comenzaron este mes, son parte de los ejercicios “Norte Unido 2024” y “Oceano 2024”, cuyo objetivo es mejorar su capacidad para responder conjuntamente a amenazas a su seguridad, según anunció el Ministerio de Defensa Nacional de China.
En los ejercicios participan más de 400 buques de guerra, submarinos y buques de apoyo, junto con más de 90,000 tropas del ejército ruso y la Armada del Ejército Popular de Liberación de China. El presidente ruso, Vladímir Putin, enfatizando la importancia de las maniobras, las describió como los ejercicios navales más grandes en tres décadas.
La participación de China en los ejercicios se produce en medio de crecientes acusaciones de Estados Unidos sobre el apoyo de Pekín a los esfuerzos militares de Rusia en Ucrania. Kurt Campbell, subsecretario de Estado de Estados Unidos, afirmó recientemente que China está proporcionando a Rusia un importante apoyo militar, que se extiende más allá de los artículos de “doble uso” (bienes, software y tecnología con usos tanto civiles como militares) e incluye componentes que ayudan directamente a la maquinaria de guerra rusa. A cambio, se cree que Moscú está suministrando a Pekín tecnología militar sensible, en particular en áreas como la propulsión submarina, sistemas de misiles y la aeronáutica furtiva, tecnologías que Rusia históricamente se ha mostrado reacia a compartir.
Esta colaboración militar entre Moscú y Pekín ha hecho sonar las alarmas en Washington y entre sus aliados. Campbell destacó la amenaza potencial a la estabilidad de la región Indo-Pacífico que plantean las crecientes capacidades militares de ambas naciones. Estados Unidos está pidiendo ahora a sus socios europeos que se sumen para ejercer más presión sobre China.
Japón, que sigue de cerca los acontecimientos, ha expresado serias preocupaciones por los ejercicios conjuntos. El Ministerio de Defensa japonés informó de avistamientos de buques de guerra chinos transitando por el estrecho de Tsushima en dirección al Mar de Japón y observó patrones similares de coordinación entre buques rusos y chinos. Incidentes recientes, como la incursión de un avión chino en el espacio aéreo japonés y la entrada de un buque de guerra chino en aguas japonesas, no han hecho más que aumentar estas tensiones.
En tanto, China ha negado las acusaciones de proporcionar ayuda letal a Rusia, manteniendo que ha desempeñado un “papel constructivo” ante el conflicto en Ucrania y criticando las acusaciones estadounidenses como “parciales y provocadoras”. Sin embargo, la alineación militar y de política exterior entre Pekín y Moscú está encaminada a desafiar el orden democrático liberal liderado por Occidente y, en específico, busca contrarrestar la influencia estadounidense en el Pacífico.