Un grupo de científicos advirtió por medio de un estudio que se publicó en 1960 en la revista Science, que el fin del mundo ocurrirá en dos años, es decir, en 2026.
Utilizando modelos estadísticos, Heinz von Foerster, Patricia Mora y Lawrence Amiot, determinaron que si la población sigue en continuo crecimiento, como hasta ahora, se generaría una serie de problemas en los sistemas vitales del mundo.
Asimismo, no contemplar las recientes amenazas nucleares, ambientales o conflictos por recursos, la humanidad podría enfrentar un colapso en la producción de alimentos y recursos naturales.
Finalmente, el estudio subrayó que, a diferencia de otras predicciones apocalípticas que atribuyen a fenómenos climatológicos o cósmicos, el verdadero riesgo es la sobrepoblación y la escasez de recursos.
Además, se destacó ni siquiera los avances tecnológicos serían suficientes para contrarrestar las consecuencias de un crecimiento poblacional descontrolado.