Todas y todos esperamos un esfuerzo ejemplar para disminuir drásticamente la inseguridad. Requerirá incorporar con determinación inédita criterios de colaboración y cooperación en Sinaloa, Guerrero, Tamaulipas, Chiapas, Estado de México, Guanajuato, Colima o Jalisco donde las alertas están con frecuencia en rojo encendido.

La experiencia y liderazgo de Claudia Sheinbaum al frente del Estado es una variable central de esa probabilidad siempre y cuando en cada entidad se reproduzcan condiciones para el avance de estrategias colaborativas y su herramienta específica central: detención de presuntos responsables.

El problema será la menor cantidad de fuerza policial efectiva por cada entidad, la orografía nacional heterogénea y complicada, así como la presencia atrincherada al mismo tiempo que global y terminante, de los grupos de la delincuencia organizada.

El reto es aún mayor; está en la mentalidad de algunos liderazgos cuya extinción administrativa no puede estar lejos. Véase el problema implícito en el reconocimiento de concepciones tan interiorizadas, preocupantemente, como la del general Francisco Jesús Leana Ojeda, comandante de la Tercera Región Militar, en un alineamiento inquietante con la peligrosa lentitud ejecutiva y la ineficiencia visible del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.

Según el mando militar, la seguridad es resultado del ánimo de los generadores de violencia en un proceso torpemente autoexcluyente y denigratorio de la capacidad institucional de las fuerzas armadas y con el cual seguramente discrepa la comandancia central y la propia Presidenta electa.

Una y otra vez deben voltearse a ver los resultados en la capital nacional.

Uno de cada cinco delitos de los que disminuyeron en el país en estos casi seis años fue aportado desde la CDMX como parte de la estrategia establecida entonces por Sheinbaum y continuada por Martí Batres, quien al concluir su sexto informe destacó el esfuerzo de la presidenta electa al gobernar el 80 por ciento del tiempo con resultados referenciales y modelo especialmente en movilidad, género, desarrollo económico y, por supuesto, seguridad.

Iztapalapa, gobernada por Clara Brugada, aportó a la disminución de la incidencia delictiva local la misma proporción de la CDMX al país: 20 por ciento. Es una buena noticia el compromiso de la gobernante electa de mantener y profundizar tareas y logros en seguridad.

Debe reconocerse a la fuerza policial encabezada ahora por Pablo Vázquez. Son mujeres y hombres con una disposición comprobada de anteponer su vida para salvaguardar la de las y los ciudadanos. Así ocurrió este lunes con el jefe del Sector Topilejo, DeibyAsaí Hernández Ramírez, asesinado al atender una riña en San Miguel Xicalco, Tlalpan.

Un muy lamentable suceso que, como debe ocurrir con el asesinato del Jefe Milton Morales Figueroa, habrá de ser plenamente esclarecido, y mejorados los protocolos y tácticas específicas. La ciudadanía está a la expectativa.

 

      @guerrerochipres