Incapaz de superar a Nico Hülkenberg durante 30 vueltas que lo mantuvieron en la décima posición en Marina Bay, Sergio Pérez apenas logró un punto en su participación dentro del Gran Premio de Singapur, para dejar un mes de distancia entre su próxima competencia y el GP de México en el horizonte.
Tras vivir nuevamente un dominio de McLaren, que tuvo en Lando Norris al ganador de dicha carrera y un 1-3 para los británicos con Oscar Piastri en la tercera posición, solo Max Verstappen sumó un total de 18 puntos para tratar de recortar distancias por Red Bull en el mundial de constructores.
Ante un bajo rendimiento en pista y el solo haber recuperado par de posiciones en salida y un adelantamiento posterior sobre el Williams de Franco Colapinto, el mexicano explicó la frustrante carrera que vivió en dicho circuito callejero en el que describió era imposible hacer un rebase.
“Era muy difícil pasar, tuvimos buena arrancada y desafortunadamente no pudimos hacer más. Pudimos hacer undercut a varios pilotos, a Sainz que igual lo teníamos detrás y le hicimos a Franco el undercut, pero después pasé toda la carrera detrás de Nico y fue difícil”, detalló en zona mixta.
De acuerdo con el tapatío, para este GP vivió una inestabilidad particular con su auto, ya que brincaba mucho y con ello perdía velocidad, sin poder hacer algo sobre la marcha para suplir dicha falla, que agregó a la lista de pendientes por perfeccionar.
“Tenemos que mejorar mucho nuestro rake (ángulo de inclinación del auto en curvas). “Afortunadamente hasta Sao Paulo todo será mejor y espero que podamos regresar a Austin a algo más normal y podamos estar en nuestro nivel”, agregó.
Tras 18 carreras completadas, McLaren extendió su dominio dentro del mundial de construcción con 516 unidades, seguido por Red Bull, que se coloca con 475 puntos en el segundo puesto y apenas 34 de ventaja sobre Ferrari en la tercera posición.
Para el campeonato ahora quedan tres semanas antes de correr el Gran Premio de Estados Unidos en Austin, Texas, en el que los equipos tendrán tiempo suficiente para realizar las adecuaciones necesarias a sus autos, que en el caso de Checo le deja una última prueba antes de recaer en la fecha especial de cada año con el GP de México a finales de octubre.