China realizó un inusual lanzamiento de misil balístico de largo alcance, el primero después de 44 años sin pruebas de este tipo de manera pública.
El lanzamiento, el cual se ejecutó a las 8:44 horas (hora local), provocó que distintos países mostraran su preocupación ante el disparo y hacia China, propietario de los programas nucleares más herméticos del mundo.
El gobierno de Japón fue uno de los primeros en reaccionar al expresar “seria preocupación” por el lanzamiento “no informado de forma anticipada”, a pesar de que el proyectil no sobrevoló territorio nipón antes de caer en el Pacífico.
Asimismo, denunció que el gigante asiático sigue fortaleciendo “de forma amplia y acelerada” sus capacidades nucleares sin la transparencia adecuada.
En medio del aumento de tensiones entre China y Taiwán, así como en el Mar de China Meridional, Nueva Zelanda calificó el lanzamiento como “indeseable y preocupante”.
Ante el hecho, Taiwán declaró que sus fuerzas armadas “siguen de cerca” los movimientos del ejército chino, y reportó un incremento “en los ejercicios y lanzamiento de misiles” en los últimos días.
Sin embargo, el Ministerio de Defensa de China, minimizó el lanzamiento y explicó que solo se trató de un “plan de entrenamiento anual”. Además, rechazó las acusaciones sobre no haber notificado a los países involucrados, aunque no especificó la ruta del misil ni el lugar exacto de su caída.