México comenzó a recibir a los invitados especiales que asistirán a la ceremonia de toma de protesta de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta del país. La llegada de mandatarios y representantes marca el inicio de una serie de eventos protocolarios que simbolizan un nuevo capítulo para la política mexicana.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, fue el primero en arribar al país, al aterrizar en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles ayer por la mañana. Díaz-Canel fue recibido por el próximo secretario de Salud, David Kershenobich.
Más tarde, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, arribó al mismo aeropuerto, donde fue recibido por Lázaro Cárdenas Batel, próximo Jefe de Oficina de la presidencia. El presidente brasileño estará presente en una comida organizada por el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador.
En el caso del presidente de Colombia, Gustavo Petro, se esperaba su llegada ayer, pero retrasó su viaje un día debido a un accidente aéreo en el que ocho miembros de la Fuerza Aérea Colombiana perdieron la vida durante una misión humanitaria. Petro confirmó que acompañaría a las familias de las víctimas antes de partir a México.
Además de Díaz-Canel y Lula da Silva, se espera la presencia de otros 16 jefes de Estado, incluyendo a los presidentes de Bolivia, Luis Arce; de Chile, Gabriel Boric; y de Guatemala, Bernardo Arévalo. Estados Unidos estará representado por la primera dama, Jill Biden, con una numerosa delegación que incluye a altos funcionarios.
Hasta el momento, 106 países confirmaron su presencia en el evento, así como 22 organismos internacionales. Sin embargo, no todos los invitados estarán presentes. Entre los ausentes figura Nicolás Maduro, quien fue invitado, pero no certificó su asistencia. Asimismo, la ausencia del rey Felipe VI de España fue notoria, tras la decisión de México de no extenderle una invitación.
Vladimir Putin, presidente de Rusia, también declinó la invitación, aunque envió un representante en su lugar. De América Latina, tampoco asistirán los presidentes de Ecuador, Perú y El Salvador, países que atraviesan momentos diplomáticos complejos.