En su último día como Presidente de México, te contamos cómo cambió AMLO a lo largo de su sexenio.
Este 1 de octubre se acaba el mandato de Andrés Manuel López Obrador, conocido popularmente como ‘AMLO’, para darle paso al gobierno entrante de Claudia Sheinbaum.
En seis años de gobierno, AMLO experimentó una transformación, y no precisamente hablamos de la Cuarta, sino una física que se ha dejado ver en su rostro.
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Para el 1 de diciembre de 2018, López Obrador mostraba un semblante relajado, una expresión jovial, sus ojos reflejaban una sensación de optimismo y energía.
Sin embargo, con el paso de los años, y con responsabilidad que implica ser Presidente de una nación, el estrés dejaron su huella.
Las facciones del presidente saliente se marcaron más acompañado del envejecimiento natural de cada persona, pero que han dejado arrugas en la frente y el contorno de los ojos que se han acentuado más.
Actualmente, AMLO muestra una cara con mejillas un tanto flácidas, así como un semblante endurecido y hasta cierto punto fatiga en los ojos.
En las mañaneras de los primeros años López Obrador dejaba ver más su sonrisa, y aunque había días buenos y malos en las conferencias desde el Palacio Nacional y trataba de hacer bromas para hacerlas más ligeras (incluyendo hasta música en ocasión) lo cierto es que aquella sonrisa se veía menos o con una mandíbula más tensa.
Ahora el presidente saliente dejó el Palacio Nacional para albergarse, momentáneamente, en su domicilio en Tlalpan, y luego se marchará a su rancho en Palenque, conocido como “La Chingada”, con la promesa de que no se involucrará en el gobierno de Sehinbaum Pardo, además de que se alejará de la política activa.
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A AMLO solo le resta, en pocas horas, entregar la banda presidencial a Claudia Sheinbaum.
LEO