Bloque Negro mancilla la Marcha por el 2 de Octubre del 68
Foto: Miguel Martínez Corona | Fue casi una hora de que el Bloque Negro arremetiera con petardos, objetos incendiados, piedras y mentadas de madre contra el bloque de escudos y uniformes.  

Lo que pintaba como una jornada de protesta pacífica por el 2 de Octubre de 1968 terminó mancillado por los actos violentos del “Bloque Negro” en el Zócalo. Fue la primera vez en meses que pasó a la agresión.

Este miércoles, luego de que el gobierno de Claudia Sheinbaum ofreciera a nombre del Estado Mexicano una disculpa pública tras 56 años de la matanza de la Plaza de las Tres Culturas, el ambiente de la marcha era combativo pero pacífico, las consignas reclamaban justicia para los caídos, los desaparecidos, los 43 de Ayotzinapa, y los masacrados en Palestina.

La exigencia de justicia y dignidad daban fuerza a la garganta de estudiantes, maestros, padres, hermanos, descendientes y protagonistas en carne viva de lo acontecido hace casi 6 décadas, cuando el Ejército abrió fuego contra civiles mexicanos… pero no todo era dignidad, el bloque negro se veía listo para la teatralidad y la agresión.

Desde el paso del contingente por Garibaldi comenzaron las agresiones, petardos, pintas y amenazas a la prensa para que “¡dejen de grabar, verga!” Y “la marcha está allá, culeros”.

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Pero había un elemento de mayor relevancia: venían más organizados que de costumbre, con más herramientas y objetos como varillas, macanas y martillos; varios de los encapuchados controlaban al grupo vía radio.

Estos portaban una prenda roja que los diferenciaba.

Su agresión fue escalando: rompieron los ventanales y lanzaron objetos en llamas al interior del Palacio Postal, y conforme avanzaron ya no se detuvieron, destruyeron puestos de periódicos, asaltaron una farmacia y una tienda de ropa para caballeros, así como una cafetería de cadena con el argumento de que apoyan la guerra de Israel contra Palestina.

Mientras los encapuchados se congregaban como en un curioso reflejo del tiempos primitivos, de cuando el hombre descubrió lo que el fuego le podía hacer a su vecino, el grueso de la manifestación continuó en orden y pidiendo que no les prestarán atención.

El momento álgido fue en el Zócalo, con todos los monumentos blindados por vallas altísimas fue el pretexto para que los enmascarados dieran rienda suelta a la violencia.

No les fue suficiente lanzar petardos a Palacio Nacional y la Catedral, hoy enfocaron sus baterías a los edificios del Ayuntamiento en donde despachó Sheinbaum Pardo y ahora lo hará Clara Brugada.

Petardos, piedras, fuego no les fue suficiente, tuvieron que sacar la herramientas y comenzar a golpear la herrería y así, con ese ruido lograr que la policía se interpusiera entre su violencia y los inmuebles: hubo 4 uniformados que “metieron el cuerpo” y resistieron hasta que cientos de sus compañeros se desplegaron y comenzaron a rociar con extintores a propios y extraños.

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Fue casi una hora de que el Bloque Negro arremetiera con petardos, objetos incendiados, piedras y mentadas de madre contra el bloque de escudos y uniformes que, pese a todo, no respondieron la agresión, más allá de rociar el polvo que en esta ocasión fue azul.

Y, ya cansados y con un mayor despliegue de policías en las orillas del Zócalo, los integrantes de ese grupo se retiró con insultos contra la policía, y lograron lo que no pasó en las últimas marchas del sexenio de López Obrador, que la atención no fuera la protesta pacífica sino sus desmanes.

Incluso, parecería, que si la disculpa por un Crimen de Lesa Humanidad ofrecida por el Estado les hubiese ofendido.

LV