En cinco años, 894 granadas han sido dadas y desactivadas, a través del programa “Sí al Desarme, sí a la Paz”, lo cual dejó al descubierto como los grupos delictivos han militarizado su forma de operar en acciones como el cobro de piso y destrucción de establecimientos mercantiles que no pagan extorsiones; estos explosivos son un peligro latente por su manejo y desactivación.
De acuerdo a una solicitud de información realizada por 24 HORAS a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Secretaría de Gobierno y Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, el Programa “Sí al Desarme, sí a la Paz” ha recibido un total de 894 granadas desde su implementación, en 2019, siendo el 2022 el periodo en que más unidades se entregaron con un total de 426, seguido por 2019, con 302.
Ante los datos, surge la incertidumbre si las y los ciudadanos conviven con estos explosivos; tan sólo, al ser llevadas a los puntos de entrega debieron ser transportadas por las calles capitalinas sin las medidas de seguridad necesarias podrían provocar un problema.
“Cuando el explosivo lo colocan cerca de una barda, eso no preocupa, el que preocupa es el que está a una distancia mayor de la barda, son los que representan riesgos”, refirió René Rivera, enlace con autoridades del Consejo Nacional de la Balística (CNB).
En la respuesta a la solicitud, se precisa que alcaldía Iztapalapa al 5 de julio de este año, han sido entregadas un total de 163 granadas, 136 de ellas en 2019; seguida por Cuajimalpa con 127, 77 en 2022; mientras que las alcaldías con menor número de entregas fueron Xochimilco con 4 y Milpa Alta con 8, ambas durante este lustro.
De acuerdo a especialistas en seguridad y balística consultados por este diario, si bien las granadas representan un alto peligro debido a la manera en la que funcionan, estas requieren ser activadas para su detonación; y representan un mayor peligro si explotan en un espacio abierto que si se encuentran colocadas al lado de un muro u objeto sólido debido a las esquirlas que arrojan.
“Cuando de repente aparecen estas cosas en las campañas de desarme es porque les llegaron en el 99 por ciento de los casos de manera fortuita, como reliquias, ya sea que estaban en la casa desde hace años y no se habían enterado, o porque de repente resulta que el que la lleva es mamá de un malandro muerto que se quiere deshacer, así han aparecido”, explicó Cristian Jiménez, instructor de tiro de Ludus PMC.
La Sedena nunca va a autorizar a algún tipo de policía el tema de granadas ofensivas o defensivas. Pueden autorizar granadas de gas para control de multitudes pero la ofensiva o defensiva de fragmentación por ningún motivo se van a autorizar a algún policía ese uso, añadió.
Detalló que este tipo de armamento son las granadas que utiliza el crimen organizado que llega a través de la frontera con Estados Unidos.
“Hay dos vertientes, la primera es la más común que se da en las zonas de tierra caliente donde el malandrín de primera línea se lleva al arsenal a su casa y resulta que después muere en un enfrentamiento, familiares encuentran que tenía cartuchos, granadas etcétera”, explicó.